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P Juan Carlos Vásconez

Sacerdote. Doctor en Teología. Evangelizador digital. Instagram @p.juancarlosv

5 min

Aprender a ser un buen padre católico

Como explicamos en la primera parte de esta serie De papa a papá  ser un buen padre es una tarea difícil y apasionante a la vez. Y no es solo una tarea, sino que además […]

Como explicamos en la primera parte de esta serie De papa a papá  ser un buen padre es una tarea difícil y apasionante a la vez. Y no es solo una tarea, sino que además es una vocación. Pero… ¿Dónde se aprende a ser un buen padre católico?, para dar con la respuesta correcta hay muchos libros, revistas, publicaciones, webs, vídeos: hay mucho material que busca responder a esta importante cuestión. 

Una de las características de ser padre es que el tiempo no abunda, por lo que es importante buscar consejos fiables. Son muchos los que comparten el ideal de querer ser buenos padres. Es una necesidad real y común de muchos. 

La verdad es que no es fácil ser un buen padre; sin embargo, existen principios básicos de gran utilidad. Muchos hombres han hallado que los sabios consejos de la Biblia los han beneficiado enormemente tanto a ellos como a sus familias. 

Jesús nos advierte que debemos construir en roca. El amor incondicional a la esposa es uno de los fundamentos para que un padre católico cumpla el rol que se comprometió con Dios en el altar. Una gota de agua destruye, poco a poco, una piedra de granito. Algo parecido ocurre en la vida familiar: los roces y los conflictos de cada día desgastan matrimonios, provocan odios, destruyen familias. Como explica esta meditación Deshacerse de los Problemas 

No basta con estar alerta ante esos peligros, con curar heridas, con evitar nuevos conflictos. Serán fundamentales el autoconocimiento y el tiempo de pareja. Estas son dos ideas que vamos a profundizar en este artículo.

Autoconocimiento

Puedo Ser Mejor | De Papá a Papá con San José 3er cap.

El conocimiento propio es de donde más bienes llegan a los hombres, mientras que estar errado sobre sí mismo, conlleva la mayoría de sus males. Los que no saben quiénes son se equivocarán con más frecuencia en las relaciones de pareja.

Hay que partir de ser amigo de uno mismo, comprender la propia naturaleza y los límites personales. Solo quien se conoce a sí mismo puede orientar su vida y sus acciones de acuerdo con sus valores y propósitos. A su vez el conocimiento de sí mismo nos hace más comprensivos con los demás, porque nos enseña a mirar más allá de las apariencias. Facilita la comunicación con el cónyuge.

Autoconocerse nos permite ser más felices, también produce más confianza en uno mismo, saber cuáles son las metas o propósitos que queremos alcanzar en la vida y cómo hacer para llegar a ellas. Todos cometemos errores, pero eso no nos limita, debemos aprender de ellos para ser mejores y servir más. 

Se lee en la epístola de Santiago 1:19: “Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira”. Cuando se aplica este principio a la relación de pareja son sabrosos los frutos que se cosechan, permite además descubrirse mejor.

Para conocernos necesitamos de los demás, en especial de esa persona con la que se ha decidido compartir la vida. Es más fácil que ella conozca algunos aspectos que en lo personal ignoramos. Vale la pena facilitar que se pierda el miedo a revelarnos aquellas cosas que ven en nosotros y que tal vez no se deciden a transmitirlas por temor a tener un conflicto o a lastimarnos.

Quien nos quiere bien podrá ser sincero con nosotros si nos esforzamos por reaccionar de forma adecuada, si estamos dispuestos a escuchar verdades que no nos gusten. Para ello se requiere una gran confianza y transparencia en la amistad, quien mejor que la esposa.

Los buenos padres saben comunicarse

Un tiempo para ustedes | De Papá a Papá con San José 4to cap.

La familia se forma y crece alrededor del amor de los cónyuges, de la relación que tienes con tu esposa, no puedes descuidarla en primer lugar. Los hijos son un regalo de Dios y son una bendición. Pero ellos no deben ocupar el lugar de la esposa, porque serán “una sola carne”(Génesis 2:24) con ella y no los hijos. 

No se debe descuidar el matrimonio por estar enfocado en los hijos. Un buen matrimonio define espacio exclusivo para la pareja, donde se habla del amor mutuo, de la relación y de las cosas que en otros momentos es más difícil encuadrar.

Tener excelente comunicación con la pareja implica un trabajo continuo de saber escuchar y aprender a no reaccionar de manera exagerada. Escuchar con calma y no criticar. Si tu esposa teme que pierdas los estribos, te resientas y la critiques con severidad, no se sentirá con la libertad de expresar lo que piensa y lo que siente. 

Se lee en Efesios: “Esposos, continúen amando a sus esposas […;] que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo” (Ef 5:25, 33). Pero si la escuchas calmado, se le demostrará que se interesa de corazón por ella y será más probable encontrar consensos.

Una buena recomendación para que el amor siga vigente, es salir solos y compartir tiempos juntos. Esto no necesariamente debe representar un gasto mayor, pues tomarse un café solo con ella, traerá el mismo beneficio. No obstante, si se puede hacer el esfuerzo de invitarla a algún restaurante, recuerda que no es un gasto, es más bien una inversión. Un buen padre nunca está demasiado ocupado, siempre encontrará espacio para la pareja, es un momento fundamental y regenerador.

ser buen padre

El respeto mutuo impacta positivamente

Es fácil confirmar la idea generalizada de que la forma en la que trata un hombre a su esposa tendrá un impacto significativo sobre sus hijos. En un libro sobre desarrollo infantil, varios expertos comentan: “Una de las mejores cosas que un padre puede hacer por sus hijos es respetar a su esposa. Los padres que se respetan y lo demuestran ante sus hijos les brindan un buen ambiente donde crecer”.

Para que un esposo muestre amor y respeto en su matrimonio no basta con que lleve a su hogar el salario. Como dice san Pedro “Un matrimonio de éxito se basa en una relación amorosa, leal y considerada” (cfr. 1 Pedro 3, 8-9). 

Con el pasar de los años esta relación debería profundizarse a medida que el esposo y la esposa aprecian cada uno las virtudes y fortalezas del otro y aprenden a pasar por alto y perdonar cada uno las debilidades del otro. Si el esposo lleva la delantera en mostrar amor y respeto, toda la familia recibirá una bendición. 

 

 


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P Juan Carlos Vásconez

Sacerdote. Doctor en Teología. Evangelizador digital. Instagram @p.juancarlosv

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