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CARLOS FREILE, “La oración, El Principito, la amistad y lo esencial”

Carlos Freile

Carlos Freile, es  maestro, escritor, dedicado a las letras y a la historia. Casado y con 3 hijos, con una familia de corte intelectual donde todos disfrutan de la lectura.  Se inició en la docencia en colegios, luego en la Universidad donde permaneció 40 años en el magisterio, tratando jóvenes y encauzándolos en libertad al sentido de la vida, a lo trascendente. Actualmente está dedicado a la historia y a la filosofía. Gusta también de la investigación y análisis literarios.

Nos comenta Carlos que la fe es lo más importante en su vida y nos relata cómo mo el libro El Principito de Antoine de Saint Exupéry,  iniciado con un profesor universitario, le enseñó a darle un mejor sentido a su vida, queriendo de igual manera promover su lectura para hacer bien a mucha gente y a enfocarse en lo esencial.

Con El Principito, Carlos Freile no solo abarca el conocimiento intelectual sino que va más allá, llega al aspecto integral del ser humano, concluyendo que en la interpretación del Principito, se pueden sacar herramientas para hablar con Dios.  Sin hacer predicaciones, Exupéry mostró la presencia de Dios en su libro, incluso la existencia de Jesús. Recalca que éste fue el último libro de Exupéry escrito antes de su muerte, simboliza un retorno a la fe y  una vida después de la muerte.   

En esta ocasión hemos dejado volar la imaginación, para que  en este segmento pensemos cómo sería la oración del Principito. Ante tanta trascendencia Carlos Freile, nos dice que no es un simple libro de niños o una lectura estructural, sino que se trata de encontrar pistas para ver en él los rastros de Dios. El Principito es una persona en búsqueda, siempre insatisfecho.  Una búsqueda del amor humano pero también una búsqueda del amor infinito.

La trascendencia de Carlos con el Principito

Nos cuenta que en los seminarios impartidos, sus alumnos comentan haber recibido algo más de una formación intelectual o profesional, anécdotas compartidas del libro, les ha enriquecido la vida. El Principito les ha mostrado valores importantes que son también trascendentes, como la amistad. Se ve a ese Dios detrás de las personas, una relación donde enfoca la permanencia y la constancia como amor verdadero. Nos muestra que no se puede amar de manera permanente si no hay un ancla en la Divinidad.

El Principito muestra también una relación de plegaria y de preguntas, esperando respuestas. Descubriendo que a quien se le pide es siempre a quien se quiere, a un amigo, a quien se tiene confianza y más que un amigo, a Dios; es decir, una cercanía, un “Hablar con Dios”. Esta es la idea, en este mundo vamos construyendo un sentido que es temporal y ese sentido se completa después en la eternidad.  

Nos dice Carlos que el sentido no cambia a lo largo de los siglos, la consigna es el amor de los unos a los otros.  Saint Exupéry comprendió que se tiene que llegar siempre a ese primer amor, sabiendo que entre las dificultades y defectos se encuentra lo que une, así es como El Principito vuelve a su rosa. 

Carlos recalca la importancia de lo esencial.  El hombre siempre encontrará motivos para odiar porque todos tenemos defectos, pero sobre los defectos es que  se construye. El Principito va haciendo examen de las personas pasando por distintos mundos. Y va teniendo esa visión de niños, que no hace lista de agravios, una visión realista que también  está en la Biblia. Dios no juzga por las apariencias, por lo que se ve. El Principito resalta en su búsqueda,  que va más allá, va a lo esencial,  no como los adultos con prejuicios.

El Principito también muestra cómo poco a poco cuando la persona va creciendo en la oración, deja lo superficial, va purificando y  lo que queda en el alma es aquello que realmente une, lo que realmente vale para vivir la vida.

Oración es amistad que tiene un componente fundamental, que te vas haciendo parecido al amigo. A más oración más simplicidad en  la vida. El adulto se complica, el niño siempre pide, se sabe limitado. En la oración somos niños que queremos llenar ese vacío, reconocer que necesitamos de Dios, somos seres finitos. El adulto no necesita de nadie, se muestra autosuficiente. Dios es el que sabe y el único que nos puede llenar. 

La amistad y la oración

Saint Exupéry también dice que la plegaria es un acto fértil. En el capítulo del Pozo, tengo sed de esta agua; se comprende que esa agua es buena para el corazón, simbolizando la amistad, afecto, comprensión, que se consigue acompañado. El autor nos invita a ser más como el Principito, a ser como niños, que volvamos a lo básico, a lo esencial, el saber entregarse, el saber escuchar, para reavivar en nuestros corazones.

Carlos finalmente nos recuerda que en el libro, el rey, el  vanidoso, el  borracho, el geógrafo, el hombre de negocios, no han encontrado el sentido de la vida, porque buscan su propio beneficio. Mientras que el farolero encuentra algo porque sale de sí.  

No desperdiciemos la vida en lo accesorio, en las riquezas, en el poder, placer. Busquemos el sentido de la vida en las relaciones interpersonales, viendo más allá de las apariencias, solo se ve bien con el corazón porque el corazón es el interior del otro. Aunque lo esencial no se capta a la primera, con todo ser humano se puede establecer una relación humana afectiva profunda.

Oración, amistad, primer amor es volver a las bases. 

Preguntas para el diálogo

1. “…Y  la verdad os hará libres”. Por su propia naturaleza el ser humano es subjetivo; por lo tanto relativo en su consideración de los hechos y parcial en sus apreciaciones. Por lo que algunos dicen que la verdad depende de cada persona.  El Principito, nos dice Carlos,  es una persona en búsqueda, siempre insatisfecho.  Una búsqueda del amor humano pero también una búsqueda del amor infinito.

¿Has caminado alguna vez en búsqueda de la verdad única, dónde la buscas y dónde la encuentras? ¿Procuras que tus pensamientos y decisiones sean acordes a tus convicciones?

2.  La amistad es necesaria, no se puede vivir sin amigos. El Principito va pasando por distintos mundos entre distintos personajes; el rey, el  vanidoso, el  borracho, el geógrafo, el hombre de negocios, sin encontrar al amigo de verdad, porque éstos  buscan su propio beneficio. Luego logra encontrar en el farolero una diferencia, quién sale de sí, para acompañar.

¿Puedes definir la amistad? ¿Sabes ser amigo de verdad? 

3.  “No se ve bien sino es con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”  Para Carlos, El Principito muestra en su libro, además de un cuento, valores importantes y trascendentes, donde lo esencial en las relaciones interpersonales, no se capta a la primera.

¿En qué cosas pones tu corazón, cuáles son tus intereses, cuáles son tus ganancias?

4.  Santa Teresa dijo en una ocasión: “Orar es hablar de amor con alguien que nos ama”. Carlos Freire, ve en el Principito una herramienta para hablar con Dios, y nos dice que quien reza quiere saber y conocer más a Dios: Oración es amistad que tiene un componente fundamental, que te vas haciendo parecido al amigo.

¿Tú hablas de Dios, piensas en Dios o hablas con Dios?

Propuestas de Acción

1.  Si la verdad hace libre al hombre, la mentira lo esclaviza. La verdad existe independientemente de cada uno de nosotros, por eso nos toca hacer todo lo posible para encontrarla. Es importante caminar en la búsqueda de la verdad acompañado, liberándonos de toda discriminación y respetando las conciencias de los que piensan diferente.

¡Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti! (San Agustín). 

Saint Exupéry comprendió que se tiene que llegar siempre a ese primer Amor.

 Para los cristianos,  Dios es la suma verdad y el fundamento de toda verdad. Esa hambre que siente el ser humano de buscar la verdad, no es otra cosa que hambre de Dios, lo bueno, bello y verdadero.

2.  Saint Exupéry nos habla de esa agua que es buena para el corazón, simbolizando la amistad. Ser amigo es hacer al amigo todo el bien. En la actualidad mucho se habla de que es difícil tener verdaderos amigos, es mejor pensar que probablemente tú y yo no sabemos ser amigos.

Toca cultivar la amistad, y cuidar mucho ese egoísmo que llevamos presente en nuestras acciones; más aún si encontramos esa amistad, que aunque tiene defectos, es mi otro yo, porque tenemos muchas cosas en común. 

¡Cuánta seguridad te da el saber que cuentas con un amigo en cualquier momento!

3.  Nos encontramos muchas veces con una sociedad fría, apática, alejada de Dios, egoísta y autosuficiente. Sin embargo si cultivas el corazón, si te centras en lo esencial, llegarás a la conclusión de que el hombre bueno dice cosas buenas, porque la boca habla de lo que está lleno el corazón. 

“Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te compensará.” 

4.  En la oración somos niños que queremos llenar ese vacío, reconocer que necesitamos de Dios; interpreta Carlos del libro El Principito. 

Quien tiene el hábito de orar, es quien se ha descubierto nada y que en su vida necesita y ve  la acción de Dios en los momentos de mayor alegría, de más importancia, en las horas difíciles y en la tentación.

Señor que sepa hablar contigo con la misma naturalidad y sencillez de un niño”

Meditar con la Sagrada Escritura

1.  Juan 8, 31-42…En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres».

Dios nos pide que seamos fieles en cada momento y generosos para cumplir su voluntad.

2.  Juan 15, 12-17…En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.

Ayúdame Señor a no vivir para mí mismo sino para hacer la vida agradable a los demás.

3.  Lucas 6,43 – 49  “…El hombre bueno dice cosas buenas, porque el bien está en su corazón; y el hombre malo dice cosas malas, porque el mal está en su corazón, pues la boca habla de lo que está lleno el corazón.”

Que el Espíritu Santo nos ilumine para poner en práctica lo que entra en nuestro corazón. 

4.  Juan 15, 9 – 17…En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando…

¡Cómo impresiona en este Evangelio que Dios quiera tener amistad conmigo!… Señor que no te vea como un Dios lejano, que no me seas indiferente.

Meditar con el Papa Francisco

Homilía de S.S. Francisco, 26 de mayo de 2014

En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado por el Padre, comunicó su mismo Espíritu a los Apóstoles y con su fuerza los envió a renovar la faz de la tierra. Salir, marchar, no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida guarda la memoria de lo que sucedió aquí; el Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido.

El Cenáculo nos recuerda el servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como ejemplo para sus discípulos. Lavarse los pies los unos a los otros significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido, a aquel que me resulta antipático, al que me molesta.

Nos recuerda,El Cenáculo con la Eucaristía, el sacrificio. En cada celebración eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que también nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestras penas…, ofrecer todo en sacrificio espiritual.

Y el Cenáculo nos recuerda también la amistad. “Ya no les llamo siervos –dijo Jesús a los Doce–… a ustedes les llamo amigos”. El Señor nos hace sus amigos, nos confía la voluntad del Padre y se nos da Él mismo. Ésta es la experiencia más hermosa del cristiano, y especialmente del sacerdote: hacerse amigo del Señor Jesús, y descubrir en su corazón que Él es su amigo.» 

CARTA ENCÍCLICA FRATELLI TUTI. S.S. FRANCISCO. CAPÍTULO SEGUNDO. UN EXTRAÑO EN EL CAMINO.
  1. Para los cristianos, las palabras de Jesús tienen también otra dimensión trascendente; implican reconocer al mismo Cristo en cada hermano abandonado o excluido (cf. Mt25,40.45). En realidad, la fe colma de motivaciones inauditas el reconocimiento del otro, porque quien cree puede llegar a reconocer que Dios ama a cada ser humano con un amor infinito y que «con ello le confiere una dignidad infinita»[61]. A esto se agrega que creemos que Cristo derramó su sangre por todos y cada uno, por lo cual nadie queda fuera de su amor universal. Y si vamos a la fuente última, que es la vida íntima de Dios, nos encontramos con una comunidad de tres Personas, origen y modelo perfecto de toda vida en común. La teología continúa enriqueciéndose gracias a la reflexión sobre esta gran verdad.
  2. A veces me asombra que, con semejantes motivaciones, a la Iglesia le haya llevado tanto tiempo condenar contundentemente la esclavitud y diversas formas de violencia. Hoy, con el desarrollo de la espiritualidad y de la teología, no tenemos excusas. Sin embargo, todavía hay quienes parecen sentirse alentados o al menos autorizados por su fe para sostener diversas formas de nacionalismos cerrados y violentos, actitudes xenófobas, desprecios e incluso maltratos hacia los que son diferentes. La fe, con el humanismo que encierra, debe mantener vivo un sentido crítico frente a estas tendencias, y ayudar a reaccionar rápidamente cuando comienzan a insinuarse. Para ello es importante que la catequesis y la predicación incluyan de modo más directo y claro el sentido social de la existencia, la dimensión fraterna de la espiritualidad, la convicción sobre la inalienable dignidad de cada persona y las motivaciones para amar y acoger a todos.
Exhortación Apostólica Post Sinodal CHRISTUS VIVIT del Santo Padre Francisco, a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios.

Capítulo Octavo

Su llamado a la amistad con Él

  1. Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad. Ese es el discernimiento fundamental. En el diálogo del Señor resucitado con su amigo Simón Pedro la gran pregunta era: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» (Jn21,16). Es decir: ¿Me quieres como amigo? La misión que recibe Pedro de cuidar a sus ovejas y corderos estará siempre en conexión con este amor gratuito, con este amor de amistad.
  2. Y si fuera necesario un ejemplo contrario, recordemos el encuentro-desencuentro del Señor con el joven rico, que nos dice claramente que lo que este joven no percibió fue la mirada amorosa del Señor (cf. Mc10,21). Se fue entristecido, después de haber seguido un buen impulso, porque no pudo sacar la vista de las muchas cosas que poseía (cf. Mt 19,22). Él se perdió la oportunidad de lo que seguramente podría haber sido una gran amistad. Y nosotros nos quedamos sin saber lo que podría haber sido para nosotros, lo que podría haber hecho para la humanidad, ese joven único al que Jesús miró con amor y le tendió la mano.
  3. Porque «la vida que Jesús nos regala es una historia de amor, una historia de vidaque quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno. Esa vida no es una salvación colgada “en la nube” esperando ser descargada, ni una “aplicación” nueva a descubrir o un ejercicio mental fruto de técnicas de autosuperación. Tampoco la vida que Dios nos ofrece es un “tutorial” con el que aprender la última novedad. La salvación que Dios nos regala es una invitación a formar parte de una historia de amorque se entreteje con nuestras historias; que vive y quiere nacer entre nosotros para que demos fruto allí donde estemos, como estemos y con quien estemos. Allí viene el Señor a plantar y a plantarse»[138].

Meditar con San Josemaría

Cristo presente en los cristianos. Es Cristo que pasa Nº 102

Cristo vive. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la Cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquíHæc est dies quam fecit Dominus, exsultemus et lætemur in ea; éste es el día que hizo el Señor, regocijémonos. 

El sentido de la libertad. Amigos de Dios Nº 26

……“Nos responde el mismo Cristo: veritas liberabit vos; la verdad os hará libres. ¿Qué verdad es ésta, que inicia y consuma en toda nuestra vida el camino de la libertad? Os la resumiré, con la alegría y con la certeza que provienen de la relación entre Dios y sus criaturas: saber que hemos salido de las manos de Dios, que somos objeto de la predilección de la Trinidad Beatísima, que somos hijos de tan gran Padre. Yo pido a mi Señor que nos decidamos a darnos cuenta de eso, a saborearlo día a día: así obraremos como personas libres. No lo olvidéis: el que no se sabe hijo de Dios, desconoce su verdad más íntima, y carece en su actuación del dominio y del señorío propio de los que aman al Señor por encima de todas las cosas.”…..

146   Me das la impresión de que llevas el corazón en la mano, como ofreciendo una mercancía: ¿quién lo quiere? —Si no apetece a ninguna criatura, vendrás a entregarlo a Dios.

     ¿Crees que han hecho así los santos?  Camino /Corazón

565  En un cristiano, en un hijo de Dios, amistad y caridad forman una sola cosa: luz divina que da calor. Forja /Resurgir

943  Para que este mundo nuestro vaya por un cauce cristiano —el único que merece la pena—, hemos de vivir una leal amistad con los hombres, basada en una previa leal amistad con Dios.  Forja /Fecundidad

65  ¡Qué capacidad tan extraña tiene el hombre para olvidarse de las cosas más maravillosas, para acostumbrarse al misterio! Consideremos de nuevo, en esta Cuaresma, que el cristiano no puede ser superficial. Estando plenamente metido en su trabajo ordinario, entre los demás hombres, sus iguales, atareado, ocupado, en tensión, el cristiano ha de estar al mismo tiempo metido totalmente en Dios, porque es hijo de Dios…… 

Es Cristo que pasa /La conversión de los hijos de Dios

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