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P. Manuel

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JESÚS Y LOS SACERDOTES

Hoy celebramos la fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote. Cristo en la Cruz es el puente entre Dios y nosotros, y comunica a otros hombres su función de mediadores. Pedimos a Jesús que nos envíe abundantes y santos sacerdotes.

JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE

Hacemos hoy nuestra oración, considerando la fiesta que celebramos en algunos países al menos,  la “Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote”. 

Una fiesta muy bonita que nos habla en primer lugar, del sacerdocio de Cristo. Jesús que sube a la Cruz, a ese altar que es la Cruz y ahí ofrece el sacrificio único agradable a Dios que es su propio cuerpo. Él mismo se ofrece, él es sacerdote y víctima a la vez.

Y además decimos que Él es altar, porque en su mismo cuerpo, en su mismo ser, toda la creación se ofrece a Dios Padre y nosotros de alguna, manera, en Jesucristo le ofrecemos al Padre todo lo que somos.

Por eso es una fiesta en la que miramos, en primer lugar al Señor. Jesús como sacerdote, Jesús que en cuanto a sacerdote nos eleva a Dios Padre. Y no solo nos eleva a Dios Padre sino que además hace descender del cielo todas las bendiciones para nosotros.

Jesús y Sacerdotes
TIENDE EL PUENTE HACIA DIOS

Pensaba que podríamos hoy, en primer lugar agradecerle al Señor ese sacerdocio, agradecerle al Señor esa entrega: “Gracias Jesús por haber querido tomar sobre ti todos nuestros pecados, todas nuestras necesidades, todas nuestras dificultades.

Y también haber querido meter en tu corazón todas nuestras alegrías, todo lo que nos sale bien, todos nuestros éxitos. Porque todo eso que Jesús carga en su corazón se le ofrece a Dios Padre. Las cosas que nos parecen bien y las cosas que quizá a veces nos cueste un poco más o que nos humillan.

Todo eso está en ese corazón sacerdotal de Jesucristo. Jesús que es Dios para los hombres, ese Dios para nosotros. Por eso gracias. Gracias Señor por haberte hecho puente”.

Eso significa la palabra pontífice: el que hace el puente, el que tiende el puente; el puente entre nosotros y Dios para subir hacia Dios todo lo que somos, toda nuestra vida y para hacer descender desde Dios hacia nosotros sus bendiciones, sus gracias, sus dones.

LO COMUNICA A OTROS

Pero hoy también es una fiesta muy buena para que pensemos en los sacerdotes. Porque Jesús es el único sacerdote. Él es el único verdadero sacerdote que logra traspasar esa barrera que para los humanos, para nosotros era infranqueable que nos hace agradables a Dios.

Y Él siendo el único sacerdote, sin embargo ha querido comunicar su mismo sacerdocio a otros hombres. Es bonito cómo lo cuenta san Juan, dice que el Señor cuando se aparece a los apóstoles que estaban en el cenáculo  recién resucitado les dice:

“Al atardecer de aquel día, siguiente al sábado, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: ¡La paz sea con vosotros! Y dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, se alegraron los discípulos.

Les dijo de nuevo: ¡La paz sea con vosotros! Como el Padre me envió, así os envío yo. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les son perdonados, a quienes se los retengáis les son retenidos”

(Jn 20,19-23).

Jesús y Sacerdotes
TUS MANOS

Un Evangelio rico de símbolos y significado. Jesús se presenta y les da la paz. Es muy interesante como nos dice el texto, que Dicho esto les mostró las manos y el costado”. Las manos agujereadas, el costado abierto y pensaba yo que también en los sacerdotes vemos lo mismo.

¿Qué es lo que tienen los sacerdotes? Tienen manos agujereadas, tienen las manos de Cristo. Esas mismas manos que bendicen, esas mismas manos que consagran, que perdonan, que bautizan. Las manos de Cristo fueron las que tomaron el pan, lo partió y lo dio.

Esas son las manos que tienen los sacerdotes. Son continuadores de la obra de Cristo. Por eso Jesús les dice también en este Evangelio: “Les dijo de nuevo ¡La paz sea con vosotros! Como el Padre me envió, así os envío yo”. 

Es decir, los apóstoles son continuadores de la obra de Cristo: “Como el Padre me envió, así os envío Yo” Son Cristo de alguna manera y por eso después de este versículo dice: “Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados les son perdonados”.

Sopló sobre ellos… Jesús mostrándole las manos, el costado y soplando sobre ellos les dice de alguna manera que ellos tienen que ser sacerdotes a imitación de tener esas manos que perdonan.

UN CORAZÓN ABIERTO

¡Si! manos traspasadas por el dolor también. Porque los sacerdotes cargan con un peso grande, el peso de los pecados de la gente. Y sin embargo, también tiene que tener ese costado abierto por donde se ve el corazón.

Los sacerdotes han de dar corazón, han de mostrar el corazón en cierta manera. Han de tener abierto el corazón para recibir todas las confidencias de las personas y para transmitir también, desde su propio corazón, el corazón de Cristo.

Nos dice Isaías en la profecía sobre el siervo sufriente, sobre Jesús. Nos dice una frase que se aplica muy bien a esta fiesta, además porque está en la primera lectura de esta fiesta cuando se celebra. Dice:

“En sus llagas hemos sido curados”

En las llagas de Jesús hemos sido curados, es decir, en esas manos llagadas ahí está nuestra salvación. También en las manos de los sacerdotes está nuestra salvación.

SANTOS Y NUMEROSOS

Es bonito como en la ceremonia de ordenación sacerdotal que está llena de significados y símbolos, hay un rito muy específico que es: la consagración de las manos del sacerdote. El obispo, no solamente impone sus manos sobre los sacerdotes, sino que además le toma las manos y en las palmas les pone el crisma.

Junta las manos, las palmas de las manos de los nuevos sacerdotes con el crisma ¿Qué es el crisma? Es el aceite que se utiliza en el sacramento de la confirmación por ejemplo. Es decir qué significa esa transmisión del Espíritu Santo. Son manos consagradas las de los sacerdotes, que hemos de venerar.

Y por eso, también en las primeras misas de algunos sacerdotes existe esa tradición tan bonita, el besamanos: las personas hacen una fila para ir a besar las manos del nuevo sacerdote.

Pidámosle al Señor en esta fiesta, que nos mande santos sacerdotes.  Santos y numerosos, porque necesitamos, porque hay escasez, porque la gente, las almas gritan por sacerdotes. Necesitan los sacramentos que nos vienen por las manos sacerdotales.

Jesús envíanos sacerdotes que sean conforme a tu corazón. Sacerdotes que sean verdaderos pastores y que tengan tus manos, heridas de tanto trabajo, de tanto confesar, de tanto bendecir. Y que tengan, sobre todo, tu corazón. Un corazón abierto en el que reciban todo lo que la gente, el pueblo quiera poner sobre ellos pero que también transmitan, de parte de Dios, todas las bendiciones y todos los dones. ;


Citas Utilizadas

Is 52, 13-53 o Heb 10, 12-23

Sal 39

Lc 22, 14-20

Jn 20, 19-23

Reflexiones

Señor, mándanos sacerdotes santos, con tu corazón y tus manos. 

Te encomendamos a todos los sacerdotes, especialmente,  

a cada uno de los sacerdotes de 10 Min. con Jesús. 

¡Gracias por tanto!

Predicado por:

P. Manuel

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