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Segunda Semana de Navidad, Epifanía del Señor

EPIFANIA DEL SEÑOR

ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS

Esta semana celebraremos la Epifanía del Señor o Día de Reyes. Es una fiesta muy antigua que conmemora la llegada de los Reyes Magos a adorar al Niño Dios en el pesebre.

¿Y tú, cómo adoras a Jesús?

“¿Dime Niño, de quién eres, todo vestidito de paja? Soy de la Virgen María y del Espíritu Santo”. Así canta un villancico de este tiempo que nos pone de manifiesto un conocimiento que sabemos, pero podemos olvidar. El Niño Jesús es Dios, engendrado no creado y de la misma naturaleza del Padre. Por eso, le adoramos. 

La Epifanía del Señor, un recuerdo latente de su divinidad

Epifanía significa “manifestación”, es decir Jesús se da a conocer al mundo como Salvador de toda la humanidad, no solo del pueblo judío. El mundo pagano está representado en estos tres Reyes que venían de Oriente. 

¿Qué habrá motivado a 3 príncipes orientales a seguir una estrella? En ellos podemos identificarnos todos. Porque cada persona tiene sus motivos para seguir a Cristo. ¿Cuál es tu motivo para buscar, igual que los Reyes Magos al Niño Dios? ¿Qué te hace acudir a la oración, a luchar por vivir las enseñanzas de Jesús, a asistir a la misa dominical? 

Tu respuesta es importante. Porque en esa búsqueda al igual que estos personajes, te puedes encontrar un Niño. Es probable que tu epifanía personal, esa manifestación de Dios en tu vida sea igual que hace 2021 años: desde la humildad, desde el silencio, desde esa circunstancia que te cuesta y te asombre igual que a estos antiguos maestros.

Ante la Epifanía del Niño Dios tres regalos

Oro, Incienso y Mirra fueron los regalos materiales que ofrecieron al Niño Dios cuando llegaron al pesebre (¡bendita materialidad que después ayudó a San José y la Virgen a instalarse en Egipto, ¿Cómo dudar que Dios piensa en todo siempre?!). Pero no eran los únicos obsequios.

Estos Reyes Magos, hombres sabios y ricos, habían cultivado en su corazón una actitud de adoración. Y por esa condición interior, el Niño Dios se dejó encontrar. Por eso les obsequió con la Epifanía

Hoy sigue siendo igual, podemos adorar al Niño Jesús, presente en la Hostia Santa. Pero para que el Señor se nos manifieste hay que preparar nuestra alma y nuestros sentidos. Anímate ¡Podemos vivir una epifanía en nuestra vida!

 ¿Cómo? Profundiza en la virtud de la humildad, esfuérzate para no andar por la vida con los sentidos tan despiertos, mantén un diálogo interior con Jesús y por último sigue un consejo que le dio el mismo Jesús a Santa Faustina Kowalska:

“Mi misericordia es proporcional a la confianza que ponen mis hijos en Mí

Confía en el Señor y ten muchos momentos de adoración al Santísimo, porque ahí está el mismo Niño Jesús que adoraron los Reyes Magos.

 

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