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Victoria de Khamis

Ecuatoriana. Esposa y madre. Psicóloga especializada en nutrición y psicología social. Cursa un doctorado.

5 min

El Santo: San Antonio de Padua

Cuando me propuse escribir este blog sobre el gran santo, san Antonio de Padua, una amiga me comentó que allí, en Padua, no se lo llama por su nombre completo, sino que simplemente le dicen «el Santo», y todos saben que se trata de él.
Y es que, en verdad que es un santazo, como decimos en mi ciudad.

Canonización «flash»

Un ejemplo es que a san Antonio lo canonizan menos de un año después de su muerte, él murió un 13 de junio de 1231, y lo declaran santo de la Iglesia apenas el 30 de mayo de 1232. Es claro que el papa Gregorio IX, quien conoció a san Antonio en vida, estaba convencido de su santidad, al hacerlo santo en tan poco tiempo.

El amigo

Les cuento que conozco a san Antonio desde pequeña.

Mi bisabuela lo llamaba «mi amigo», y siempre estaba encomendándose a él, le contaba cosas y le pedía que la ayude a estar cada vez más cerca de Dios. Ella viajaba con una pequeña estatua de san Antonio, cuando salía de la ciudad, y lo ponía en su velador siempre. Recuerdo que por algún tiempo, yo de pequeña pensaba que el amigo de mi bisabuela vivía entre nosotros, solo que se escondía, y que nos ayudaba a encontrar las cosas perdidas.

Bueno, mis impresiones de la niñez no estaban tan lejos de la verdad, ¿o sí?

Una pruebita

Porque sí, es el santo de las cosas perdidas.

Y quiero invitarlos a ponerlo a prueba, porque en serio que va a cumplir. La próxima vez que pierdan algo, pídanle a san Antonio que los ayude a encontrarlo, pueden ofrecerle a cambio una limosna para los pobres (se acostumbra ofrecer un múltiplo de 7, por ejemplo $7, $14, $70), y háganlo con fe.

Verán que no quedarán decepcionados de este gran santo, quien intercede por quienes piden su ayuda con fe.

 Algunos ejemplos

Puedo contarles muchísimos eventos de mi vida en los que se ha visto la presencia de Dios a través de san Antonio. Por ejemplo, cuando mi marido y yo estábamos estudiando en el exterior, necesitábamos que mi marido encontrara trabajo (yo era estudiante), pero estaba todo muy difícil en Europa, sobre todo para extranjeros.

Y bueno, sin más, mi marido hizo la novena de san Antonio, por nueve días seguidos fue a Misa, comulgó, rezó la novena y lo hizo todo con mucha fe. El 13 de junio de ese año, lo llamaron para contratarlo. ¡El 13 de junio es el día de san Antonio!

También puedo contarles de mi hijo menor, es un milagro de Dios, por intercesión del santo. A pesar de que los doctores nos dijeron que era poco probable que el embarazo continue, por una enfermedad que me afectó durante mi embarazo, el niño nació sin problema alguno. Y a cambio, lo llamamos Antonio, para recordar a nuestro intercesor.

Y así, de estas historias en mi familia, tenemos bastantes. Y en muchas familias, porque el santo tiene un puesto predilecto en el Cielo, y el Señor lo escucha muchísimo.

Pero, ¿quién era san Antonio?

Su vida

Nació en Lisboa y se llamaba Fernando Martins de Bulhões, venía de una familia adinerada y de influencia. Su familia no quería que se dedique a la vida sacerdotal, por lo que lo visitaban mucho en su abadía agustina, esto perturbaba a san Antonio, quien quería tener paz para seguir los pasos de Cristo.

Es por esto que pidió a sus superiores que lo trasladaran a una abadía más lejana.

El silencio

Pienso que a veces necesitamos, como san Antonio, separarnos del mundo.

Imaginen si este gran santo no podía dedicar su vida por completo a Dios recibiendo visitas esporádicas de su familia, ¿cómo lo logramos ahora con tanta tecnología?

Siempre hay un mensaje, una llamada, un tiktok, y ahora, con la IA (Inteligencia Artificial)… ¿quién puede encontrar un poco de paz para hablar con Dios?

Momentos de separación, de silencio y de oración son fundamentales para encontrarnos con Dios en nuestras vidas, como lo hizo san Antonio durante su vida.

Buscar sin desfallecer

Y entonces, en su nueva abadía, que era en Coimbra, san Antonio fue ordenado sacerdote a sus 25 años. Y le encargaron la función de hospitalidad, es decir, que debía recibir a los distintos huéspedes que pasaran por allí.

Y fue en esta función que san Antonio se encontró con los Franciscanos. Sí, primero, san Antonio fue agustino, pero después de encontrar a los Franciscanos quiso unirse a esa nueva orden. Y esto me parece tan importante, porque es un santo de la búsqueda, y no descansó hasta encontrar la orden que buscaba, y la función que necesitaba cumplir dentro de ella.

Nosotros también, debemos buscar siempre cumplir con la misión que Dios ha preparado para nosotros. Cada uno tiene una misión divina, que estamos obligados a encontrar. Sea esta ser madre, fundar una nueva orden, evangelizar o alimentar a los pobres. Todas son válidas y son trascendentales en los ojos de Dios.

Esperemos que con la intercesión de san Antonio podamos buscar y encontrar nuestra verdadera vocación y nuestra misión de vida.

Los Franciscanos

Y bueno, nuestro santo se convirtió en Franciscano, una orden mendicante y evangelizadora. Y esto fue muy apropiado, porque tenía una capacidad impresionante para predicar la palabra de Dios. Cuentan que en una ocasión, el santo quería predicar, pero no lo querían escuchar. Entonces, se fue al río, y los peces lo escucharon, se aglomeraron todos al lado del Santo… mostrando la fuerza que tiene la palabra de Dios.

Entonces, san Antonio tenía una capacidad maravillosa para hablar de Dios, y para convertir los corazones. Pero ¿pueden creer, que san Antonio conoció y escuchó un sermón de san Francisco en Asís? Los dos santos se conocían y encontraron en el otro una mente similar, un alma que hierve por el Señor. ¡Qué dicha!

Ojalá Dios nos dé la gracia de conocer a otras personas santas en nuestras vidas, para que nos ayuden en nuestro camino a la santidad.

Su muerte

San Antonio muere a los 36 años… ¡36 años!

Hoy en día, a las personas de 36 años se las considera muy jóvenes, con la vida entera por delante. Pero nuestro santo muere a esta edad, prematuramente, el Cielo no pudo esperar y fue llamado a la Casa del Padre muy pronto.

Es impresionante que con tan solo 36 años san Antonio haya impresionado a tantas personas. Dicen que cuando murió, los monjes franciscanos no querían que nadie se enterara porque tenían miedo que la gente se robe su cuerpo para hacer reliquias, una vez que lo canonizaran.

Solo imagínense eso, me da ganas de insertar un meme aquí solo para ilustrar mi sorpresa. ¡Robarse un cuerpo!

 

Y es que, era reconocido como santo en vida… y ahora que está en los altares, con su santidad confirmada, ¿no debemos aprovechar a este amigo que tenemos en el cielo? 

Dibujo Realizado por Mafalda Cirenei

Mafalda Cirenei


Escrito por

Victoria de Khamis

Ecuatoriana. Esposa y madre. Psicóloga especializada en nutrición y psicología social. Cursa un doctorado.

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