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¿Y si para este nuevo año, hacemos un plan de vida?

Plan de Vida

Hemos vivido los primeros días de este nuevo año, una vez que hemos dejado de lado la algarabía, la alegría de las festividades, ha llegado el momento de que establezcamos nuestras metas, propósitos, que todo aquello que deseamos lograr en este 2024, lo aterricemos en estrategias, y acciones concretas que nos permitan obtener cada uno de los objetivos que nos hemos propuesto lograr.

Diversos objetivos nos podemos plantear: hacer ejercicios, viajar, dejar malos hábitos, reforzar hábitos de lectura, adquirir algún bien en particular. Estos y muchos más encabezan las listas de metas que muchos se plantean con el nuevo año que comienza. Y una vez estas metas se han planteado, es preciso emprender camino a la consecución de las mismas.

Esto se hace basándose en estrategias concretas, acciones que nos lleven a poder cumplir dichos objetivos, porque una cosa es cierta, no vamos a cumplir nuestras metas, únicamente escribiéndolas en una hoja, o mencionándolas, es necesario emprender acción para lograr cada uno de los objetivos que nos hemos planteado.

En este contexto es necesario preguntarnos ¿y Dios dónde queda?, es necesario y muy importante hacernos planteamientos de temas y objetivos a nivel personal y laboral; sin embargo, es de mucha importancia también que nos planteemos metas respecto a nuestra relación con Dios. Siempre recordando que a Dios no se le da del tiempo que nos sobra, es urgente que Dios ocupe un lugar de protagonismo en nuestras vidas.

Descubramos juntos cómo podemos armar un plan de vida donde Dios sea protagonista y nos acompañe en cada paso que demos. Te invito a que armemos un plan de vida donde la presencia de Dios nos acompañe siempre.

La oración, hilo de amor con Dios

Para poder acrecentar una relación de amistad la comunicación es vital, es importante conversar con el ser amado, conocerlo, revelarle nuestro corazón. Es exactamente lo mismo que sucede en nuestra relación con Dios. Es por esto que la oración es necesaria en la vida del cristiano, en la oración escuchamos la voz de Dios, a través de la oración nuestro corazón se une al corazón del Señor. Es por esto que, en nuestro plan de vida, deberá haber un espacio para los momentos de oración.

Para orar no se necesita tener un guión establecido, o tener conocimientos teologales. La oración es un desahogo del corazón, un diálogo entre un Dios que nos ama, y nosotros que necesitamos ser amados por el buen Dios. Para orar y tener a Dios presente en nuestro plan de vida podemos realizar estas prácticas:

La lectura espiritual, un tesoro para el alma

Una manera muy efectiva de acercarnos a Dios, es la lectura, leer sobre un santo, leer sobre alguna virtud, acrecentará en nuestro corazón un anhelo muy grande de agradar a Dios y de hacer su voluntad. Las vidas de santos son relatos que encienden los corazones. Descubrir que hubo hombres y mujeres que hicieron de lo ordinario algo extraordinario, aviva en nosotros el anhelo de santidad.

Crear un hábito de lectura es muy bueno y de mucho provecho para el alma. Para poder lograr el hábito es necesario empezar paso a paso con la lectura. Es preciso tener un orden establecido y ser ordenados en poderlo cumplir, estos pequeños consejos te pueden ayudar en cuanto a la lectura:

A continuación, te quiero proponer otras acciones concretas que te van a ayudar a fortalecer tu relación con Dios.

Te darás cuenta de que estas prácticas son completamente realizables, que no ocuparán todo el espacio de tu día, pero que si les das la importancia que merecen te ayudarán a ordenarte, y verás cómo la presencia de Dios te acompañará en todo momento.

No podemos olvidar a nuestra Madre del Cielo, encomendemos a Ella este 2023, y verás cómo su acción maternal hará que tu año sea un año lleno de la presencia de Dios. A continuación, te detallo que otras prácticas te ayudarán en este nuevo año:

Que sea este nuevo año donde nuestra mirada siempre esté en el cielo.

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