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Panameña, Comunicadora Social. Autora de “Te Ofrezco mis Puertas”, “Chachalaca y su viaje inesperado” y “Mariana y la ballena”

5 min

San José, enséñame a confiar

Hoy celebramos la solemnidad de san José, quien hace 151 años fue declarado el Patrono de la Iglesia Universal. Espero que con este post puedan adentrarse en el verdadero milagro con el que Dios salvó al Niño Jesús y a María: fue José. Asimismo, sobre el ejemplo de prudencia que él nos da y sobre poner nuestra confianza en Dios en medio de las situaciones difíciles que puedan presentarse en nuestras vidas. 

Les confieso que hasta que el papa Francisco declaró el año 2021 como el año de san José, no me había puesto a meditar en el papel que había jugado José en la historia de nuestra salvación.

Hasta ese momento solo lo recordaba cada año cuando ponía el nacimiento. Y siendo adolescente cuando visitaba durante el mes de marzo a mis abuelos que vivían en una provincia de mi país, donde san José es su patrono. Los festejos allí comienzan el 19 de marzo con una misa en horas de la mañana en la catedral que lleva su nombre. Por la tarde se hace una espectacular cabalgata que recorre toda la ciudad. Durante dos semanas se realiza una feria que hoy en día es internacional.  San José es el centro de todas las festividades.
Y fue en la Carta Apostólica titulada Con Corazón de Padre que el Papa publicó el año pasado que conocí el verdadero milagro con el que Dios salvó al Niño Jesús y a María: fue José.

Confianza absoluta en Dios

La serie Chosen, en español El elegido, recrea el momento en que José se entera de que su prometida está embarazada. Él la había respetado y confiaba en la virginidad de su novia. Y de pronto se ve ante la noticia que de forma tranquila le da María. En la serie se puede vivir la desesperación que José sintió, su intención de huir, de dejar a María, de denunciarla como indicaban las leyes de ese tiempo. Y, bueno, qué otras cosas más habrá pensado en ese momento.
¿Qué hubiera pasado si José no hubiera sido prudente? ¿Si no hubiera tenido paciencia para pensar en lo que estaba pasando? Hubieran podido lapidar a María. Tal vez, Jesús hubiera muerto en su vientre.

Pero José, en ese momento, a sabiendas de todo lo que estaba viviendo supo esperar y no actuar impulsivamente. Se fue a dormir y en sueños recibió la visita de un ángel que le dijo que María sería la Madre del Hijo de Dios.
“José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. (M, 1-20).
José, sin dudarlo más, confió y se dispuso a cuidar a María y a ese niño concebido por obra y gracia del Espíritu Santo como su hijo adoptivo.

San José en mi vida

Al adentrarme durante este último año en la vida de san José me he admirado de lo virtuoso que fue, pues supo actuar con prudencia y ese acto, esa espera, esa paciencia hicieron que Dios Padre le comunicara en sueños la gran noticia.
Yo siempre he sido muy pero muy impulsiva. Esto me ha traído muchos problemas. No tengo paciencia. Todavía es algo que estoy perfeccionando. Ha sido un caminar lento en el que he aprendido que es en las cosas pequeñas del día a día donde Dios ve mi perseverancia en ser mejor. Tener paciencia es una de ellas.
Pero ha sido muy difícil para mí decir: por más que quiera no está en mis manos resolver esta situación. Tengo que tener paciencia. Tengo que confiar y quién mejor que san José para depositar mi confianza e irme a dormir tranquila. Incluso en el día he podido sentir que él está conmigo. Y no es que no hagamos nada y solo le recemos. Lo que significa es no desesperarnos, no ahogarnos y estar intranquilos. Se trata de estar abiertos a escuchar lo que Dios quiera decirnos y ser pacientes. Y si sentimos que debemos actuar, hacerlo con amor. Y si las cosas no resultan como pensábamos, no desesperar. Depositar esos problemas en las manos de Dios que son las mejores manos.

confianza en Dios

Contemplar a san José

San Josemaría aprendió mucho contemplando a san José y creo que sería un buen ejercicio hacerlo en esta Cuaresma. Ver a ese hombre apacible inclinado en el pesebre que fue la cabeza de la Sagrada Familia. Fue él quien puso al servicio de Dios su vida para salvar a Jesús y María. Se mostró valiente e inteligente para resolver los problemas que se le fueron presentando.
En el punto 42 de su libro Es Cristo que pasa, san Josemaría explica que “José se abandonó sin reservas en las manos de Dios pero nunca rehusó reflexionar sobre los acontecimientos y así pudo alcanzar del Señor ese grado de inteligencia de las obras de Dios, que es la verdadera sabiduría”.
“En las diversas circunstancias de su vida el Patriarca no renuncia a pensar, ni hace dejación de su responsabilidad. Al contrario: coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana”.

El Custodio del Redentor

El desconocimiento sobre el papel de José como salvador de la Virgen María y el Niño Jesús se mantuvo por siglos. Y no fue sino hasta hace 151 años que san José fue proclamado Patrono de la Iglesia Universal.
José tuvo la valentía de aceptar la paternidad legal de Jesús. Su humildad y su obediencia fueron admirables y queda testificado en el Evangelio: “José hizo lo que el ángel le había mandado y tomó consigo a su mujer”.
José aceptó lo que en sueños le dijo un ángel y se dispuso a cuidar a María y Jesús hasta el día de su muerte.
Un sacerdote a quien le comenté que me habían pedido escribir este artículo me envió los comentarios de Jesús Martí Ballester a la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino. El título es El Custodio del Redentor. Allí indica que: “Ninguna criatura, excepto Jesús y María, se ha aproximado más a Dios que san José”. Además, añade que “una vez pregunté a una viejecita excepcionalmente devota del santo Patriarca por qué lo era tanto, y me contestó: ¿No ve usted que lleva al Niño en sus brazos?».

Así que pensemos que José fue el padre adoptivo de Jesús. Asumió este papel con entrega. Fue el primero después de María que lo vio nacer y luego crecer. Le enseñó las primeras palabras. También el oficio de carpintero. Le ofreció una vida tranquila junto a su madre.
Y san José también custodia nuestras vidas como nuestro padre adoptivo. Podemos pedirle a él que interceda por nuestros problemas.

San José en este día

Los invito a que el día de hoy, en que se celebra la Solemnidad de san José, nos detengamos a contemplar lo que fue su vida. Les doy algunas ideas que me han ayudado a mí durante este último año:

Antes de dormir, después del Padre Nuestro y las tres Avemarías, decir: San José, enséñame a confiar.

San José aumenta nuestra fe.


Escrito por

Tere Dominguez

Panameña, Comunicadora Social. Autora de “Te Ofrezco mis Puertas”, “Chachalaca y su viaje inesperado” y “Mariana y la ballena”

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