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Ecuatoriano. Misionero del Movimiento Lazos de Amor Mariano.

4 min

Alégrate, ya viene Jesús

Pronto llega nuestro Salvador, pronto el cielo entero desbordará, pronto cantaremos Gloria al Niño que hoy nace. Es momento de preparar nuestro corazón, es momento de continuar en este camino hacia Belén, y prepararnos para vivir la alegría de la Natividad del Señor. Es la Navidad un misterio de amor, que alegra el corazón, ¿estás listo para recibir al Señor?

Jesús está cerca, y el corazón se alegra. Estamos a la puerta de celebrar Navidad, de recibir con el corazón alegre al Niño que nace pronto.

Esta fiesta es un motivo de auténtica alegría para el corazón del cristiano, y es que pensemos en esto: un cumpleaños siempre es motivo de alegría; cómo no va a ser de inmensa alegría recordar el nacimiento de aquel que nos ama y por amor vino al mundo.

Hemos caminado en este tiempo de Adviento, donde en torno a la corona, y guiados por los 4 luceros que hemos encendido, hemos preparado el corazón para esta fecha tan especial.

Quizá, hemos hecho compromisos, hemos ofrecido pequeñas renuncias; hemos hecho pequeños propósitos que nos ayuden a tener un corazón que sea digna morada para Jesús que pronto nace.

El sentido de la Navidad

Las familias, se reúnen, los amigos festejan, y la alegría propia de la Navidad se extiende al mundo entero; sin embargo, considero preciso que reflexionemos y nos ocupemos que el sentido de la Navidad sea vivido correctamente.

Y, está bien congregarnos en familia, está bien reunirnos con nuestros seres más amados y juntos celebrar, pero no olvidemos el centro de estas festividades y es que Navidad es Jesús.

Es por esto que quiero que juntos descubramos cómo estar listos para vivir la dicha del nacimiento de Jesús, quiero que llevemos a la realidad, a algo tangible la alegría por el nacimiento de Jesús.

En medio de tanto ruido, es fácil perder de vista el verdadero motivo por el que celebramos Navidad;  es por esto que debemos preparar el corazón, para que estas fechas no pasen como una fiesta más.

«Alégrate, la eternidad viene llegando»

Lo primero que creo nos puede ayudar a vivir Navidad intensamente, es reconocer que estamos delante de un misterio de amor impresionante;  y es que, como todo un Dios, se hace hombre;  como todo un Dios se hace un pequeño niño indefenso, como podemos contemplar todo el Cielo en su faz al mirar al Niño Jesús recién nacido.

Esto es Navidad, celebrar, dar gracias al Cielo, por tan grande regalo de amor que es Jesús, es el mismo Jesús que por amor a ti y a mí ha venido al mundo.

Rezar la novena de Navidad, meditar en el pasaje bíblico en torno al nacimiento de Jesús, son dos prácticas que te pueden ayudar a recogerte, a prepararte, a profundizar en el misterio de la Natividad del Señor.

Leer detenidamente, ojalá en familia, la historia de la venida de Jesús al mundo, puede traer muchos frutos para nuestra alma. Escuchar sobre la venida del Mesías; para nuestro corazón será un motivo de gozo pleno.

Es muy importante que, en medio de la agitación, del ruido, del materialismo, tengamos momentos de recogimiento, de oración, de meditar en la Palabra del Señor;  de recordar junto a las Sagradas Escrituras este milagro de amor tan hermoso.

Así nuestro corazón va a tener presente que la razón principal en torno a estas festividades es el Niño Jesús que nace.

SEMILLA DE MOSTAZA Y 3 AVEMARÍAS

«Le llevo mi corazón, que le sirva de pañales»

Es momento de que pensemos que le vamos a dar al Niño Jesús, que pronto va a nacer. Un Dios hecho bebé que tiene sed de ser amado por cada uno de nosotros;  un pequeño que hasta el extremo nos ama;  es por eso que debemos darle a nuestro Mesías, lo mejor de cada uno de nosotros.

Vivimos para amar, vivimos para que, así como Dios se dio por amor a nosotros, el amor nos mueva a darnos a los demás.

Es este el momento preciso para hacer una buena confesión de nuestros pecados. Quizá ha pasado mucho tiempo desde tu última confesión;  que mejor momento que este para buscar el Sacramento de la Reconciliación.

El Señor te espera en el confesionario para que su Misericordia te alcance y te abrace.

  • Hazte el firme propósito de hacer un examen de conciencia que te prepare para una buena confesión, verás que este regalo para Jesús, será de gran provecho para tu alma.
  • Si acaso en tu corazón tienes algún rencor hacia alguien, el perdón es el mejor regalo que le puedes hacer al Niño Jesús, descubrirás que el regalo también es para ti, pues liberará tu corazón, y te dará auténtica felicidad.
  • No pienses en el tamaño de la herida, no pienses en cuanto dolió; piensa que la Misericordia del Señor es eterna, y que en medio de tus dolores y tus luchas el Señor siempre te acompaña y te consuela.
  • Y siempre podemos ofrecer pequeños sacrificios al Señor, que mejor que esta época de Navidad;  para ofrecerle al pequeño Jesús que pronto nacerá renuncias y sacrificios.

Ofrecerle practicar la virtud que más nos cuesta lograr en nuestra vida, privarnos de redes sociales, de distracciones y permitirnos vivir recogidos;  inmersos en el silencio de Belén donde el Niño Jesús aguarda por nosotros en el pesebre.

El verbo se hizo carne

La Virgen sueña caminos

Y considero este el más importante de los consejos. Quieres vivir intensamente la Natividad de Jesús, camina junto a la Virgen María;  ella que llevó en su seno a quien no pueden contener los cielos;  como madre y maestra que es nos va a enseñar a vivir plenamente los misterios del nacimiento de Nuestro Señor.

Nuestra Madre del Cielo, nos cuida e intercede por cada uno de nosotros, así que no hay mejor intercesora y mejor maestra de amor que la Santísima Virgen María.

Puedes preparar tu corazón para la venida del Señor, rezando el Santo Rosario, y pidiendo al Señor que cada Avemaría que reces, adorne la cuna del niño Jesús recién nacido.

María que es Madre de Gracia moldeará tu corazón de tal manera que puedas amar muy intensamente a Jesús. Su amor maternal y sus especiales cuidados permitirán que tu corazón se moldee y sea una morada muy especial para el Niño Jesús.

Que sea María quien nos enseñe a amar a Jesús;  que sea san José el Padre de Jesús quien nos haga dignos custodios de Jesús y de María, y que esta Sagrada Familia sea el centro de esta Navidad ahora y para siempre.


Escrito por

Alan Lugmania

Ecuatoriano. Misionero del Movimiento Lazos de Amor Mariano.

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