Vivir en Gracia

La palabra Gracia proviene del latín «gratia» que significa favor o beneficio que se obtiene sin ningún mérito. De acuerdo a la teología cristiana, es el auxilio gratuito de Dios, que nos otorga para que respondamos a su llamada y ser sus hijos por medio del bautismo. En otras palabras, este don nos invita a vivir en unión con Dios y a obrar por amor en el mundo.

¿La Gracia se pierde?

Sí, la perdemos cuando caemos en pecado grave, porque libremente le decimos al Señor que no queremos su Gracia en nuestra alma. 

¿Cómo se puede recuperar la Gracia?

La Gracia se recupera por la misericordia y amor de Dios hacia el hombre a través de la justificación, la cual es la transición de pecado a Gracia. 

Para las personas que no están bautizadas pero que se arrepienten de sus faltas, les llega por la Fe. 

Por su parte, para quienes son bautizados la Gracia vuelve al alma mediante el sacramento de la Reconciliación, en el cual el Señor está con los brazos abiertos esperándonos que volvamos a su casa, tal como se nos relata en la Parábola del Hijo Pródigo (Lc 15, 11-32)

Consejos para vivir en Gracia

 Vivir en Gracia consiste en no querer pecar por libertad y voluntad de la persona, más no ser impecable o no pecar. A continuación, se detallan algunos consejos sencillos, pero que pueden ser de mucha ayuda:

• Acudir a la intercesión de la Santísima Virgen, ella no nos desampara.
• Evitar las ocasiones de pecado, para lo cual es importante conocernos y saber que   somos débiles.
• Acudir al sacramento de la Reconciliación con frecuencia, aunque sólo se tengan pecados veniales, ya que entrega la Gracia Santificante justamente para ayudarnos en las faltas que decimos en la confesión.
• Orar a diario.
• Recibir la Eucaristía con frecuencia, ya que recibir al Señor en la Comunión es la fuente de toda Gracia.
• Ser empáticos con nuestro prójimo, haciéndolos partícipes de la Caridad de Cristo.

Lo importante es la lucha diaria por no perder la Gracia,  ser humildes para pedir perdón cuando caemos y seguir adelante con la mirada puesta en la meta: el Cielo.