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Vía Crucis

via crucis

Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios y …se nos olvidó. Nuestro organismo completo está creado para alcanzar una plenitud que desconocemos. Hoy, la medicina  cuenta con los avances de la neurociencia de cómo ciertos actos encienden la producción de seratonina, oxitocina, endorfina y dopamina, hormonas de la felicidad. Conclusión fuimos creados con la posibilidad de vivir plenamente.

Si fuimos creados para vivir así, hay que meditar sobre nuestro Creador. Él, como nos vió perdidos, envió a su Hijo a la Tierra para que nos enseñara con su vida cómo activar esa «imagen y semejanza» con la Santísima Trinidad. Porque ese es el «secreto» : más parecidos a Dios, más felices y con más sabiduría de vida.

¿Por qué el Vía Crucis?

Jesús vino a eso: modelar el estilo de vida que Dios deseaba para sus criaturas. Te invito a descubrir en el Vía Crucis su pedagogía.

Cada estación te descubre una actitud sobrenatural para una circunstancia concreta. Con sus 14 estaciones el Vía Crucis se puede convertir en tu manual de respuesta viva ante las

circunstancias dolorosas con que te topas. Te encuentras dudoso sobre qué actitud tomar ante la injusticia, la traición, el cansancio, los golpes, el perdón, la incomprensión.

¡Mira a Jesús! Que en sus últimas horas, quiso dejarte ejemplo para que pudieras actuar «a imagen y semejanza de Dios»… porque no te olvides… eres hijo de Dios.

Un ejemplo

La preocupación nos debe conducir a la acción no a la depresión, decía una psicóloga alemana. Y eso es, lo hace Jesús en el Vía Crucis. Actúa, obra, conduce, se manifiesta, ¿cómo? A través del silencio, sin quejarse, ni rabiar, ni discutir ¿si eso no es acción, qué es?

En el diálogo con Pilatos igual. Con paciencia explica, se abaja… igual que nosotros debemos hacer de forma diaria y te puedes preguntar: frente a lo que me cuesta ( esa persona o circunstancia) ¿con qué paciencia me comporto?, ¿pido ayuda con la humildad con que Jesús pidió ayuda al Cirineo? O pienso que puedo solo (¿Qué va a saber un cura de esto o aquello?)

¡centra tu mirada en Cristo doliente y humillado! Y aprende que ante el dolor Él quiso enseñarnos de primera mano cómo debemos ser.

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