Pamela Avilés

Ecuatoriana. Tiene 7 hijos. Orientadora Familiar. Actualmente se dedica a la venta de mariscos atendiendo a familias e instituciones.

11 min

Brenda García, “Orar sin tener miedo de dar testimonio”

Brenda nació en Los Ángeles, soltera, de padres salvadoreños y católicos.  Es actriz de Hollywood y doble de acción, vive su fe y da testimonio  con mucha alegría en los ambientes que le toca trabajar.

Sobre su trato con Dios, Brenda García nos cuenta  que recuerda sus primeros pasos con el rosario de la abuelita, y se mantuvo piadosa hasta los 19 años.  En adelante hasta los 25 años, estuvo distante de practicar su fe, por el ambiente propio de la edad y de un novio que no creía, con el cual luego terminó, para volver a sus prácticas cristianas.

Actualmente  Brenda García es cooperadora del Opus Dei y además de recibir formación espiritual, tiene un grupo de amigas que se sostienen entre ellas también  con un plan de vida espiritual, que comprende Misa, rezo del Ángelus, oración y visitas al Santísimo.  Nos cuenta también que la oración le da fuerza y vitalidad para ser fuerte y dar testimonio  en medios tan complicados, como lo es su trabajo profesional.  Brenda García le pide a Dios tener una conciencia delicada para no ofenderlo en donde se desenvuelve y para tener finura de dolor ante las ofensas propias y ajenas.

En su ambiente de trabajo, secular sin Dios, con personas de un ego grande que buscan solo el éxito, y que viven acosados por sus fans; Brenda García nos comenta que muchos se sienten frustrados y a falta de reconocimientos y aplausos del mundo, suelen hacerse daño y se observan situaciones muy tristes.

Cómo vive su fe

Brenda García también nos comenta, que no es fácil encontrar amistades que quieran practicar su fe. Sin embargo ella tiene muy presente el mensaje que en algún momento recibió de san Juan Pablo II “No tengáis miedo” y ella sin temor a nada ni a nadie proclama su fe, habla del amor de  Dios con naturalidad, sabiendo que Dios la provee de oportunidades y fuerza para poder ayudar y aconsejar a gente de ese medio.

Reconocer que con Dios, su yugo es suave y su carga ligera, comenta Brenda García que le permite sobrellevar las situaciones adversas, poder dar testimonio sin miedo y ser antorcha en donde no hay luz, con  alegría.

Finalmente  nos recomienda Brenda García que si se pone a Dios primero todo es más bonito y ella siente la necesidad de dar testimonio, que lo que va viviendo es una misión que Dios le pide cumplir.

Brenda García

Preguntas para el diálogo

1.  “No tengáis miedo”  muchas veces el miedo se apodera de nosotros sin poder transmitir nuestras experiencias personales de que valemos mucho para Dios y que eso pesa más que nuestros defectos y debilidades.

¿Has considerado que muchas veces estás lleno de miedos y ataduras, que no te dejan ser cómo eres y reconocer los dones que Dios te ha dado? ¿Qué haces para liberarte de esos temores que te hacen vulnerable?

2.  En este mundo difícilmente encontraremos algo o alguien que llene plenamente nuestro corazón y ansias de felicidad. Sólo Él conoce nuestras limitaciones, flaquezas y debilidades. «Nos hiciste para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti».

¿Cuántas veces has ido a buscar refugio, consuelo y fuerzas en el Corazón de Cristo?

3.  A todos nos interesa dar lo mejor de nosotros, poder potenciar todas nuestras habilidades, con más razón para un cristiano que quiere ser feliz en la tierra para dar luego cuentas y ganarse el cielo.

¿Procuras concretamente mejorar tu formación integral para desarrollar virtudes humanas y cristianas y poder así darte mejor y  generosamente a los demás?

4.  Es preciso ser conscientes que todo cristiano tiene la lucha entre 2 grupos; los que te desaniman y te quieren hacer caer, diciendo que no vale la pena vivir cristianamente y los que te alientan a seguir contracorriente.

¿Procuras con tu ejemplo dar testimonio de tu fe, creando un ambiente luminoso y alegre en tu trabajo profesional?

Brenda García

Propuestas de Acción

1.  Jesús nos dice que valemos mucho más que todos los pájaros del mundo, que Dios nos ha creado con un amor infinito para ser misión y regalo para otros.  Esta misión y donación solo se puede llevar a cabo si desatamos esas ataduras y nos despojamos de esos miedos ante nuestras miserias, porque todo lo podemos con Dios que nos fortalece.

Brenda García siente la necesidad de dar testimonio del amor de Dios, en el ambiente del cine. ¡Qué bueno colaborar con la misión que Dios  pide, sin miedo!

2.  Todos queremos encontrar la felicidad en este mundo, pero en esa búsqueda nos cansamos y nos desanimamos, sobre todo cuando no vemos resultados.  Por eso Él mismo nos ofrece un lugar para descansar y recobrar fuerzas; la oración y la Eucaristía.

Brenda nos dice que en el medio que se encuentra, la Misa y  oración le da fuerza y vitalidad y  siente que el Señor lleva su carga y  le resulta bonito hablar de Dios.

3.  Si supiéramos que es Él quien lleva nuestras cargas, nuestras penas; nos quejaríamos menos y agradeceríamos más.

Brenda García tiene un grupo de amigas que viven un mismo credo y nos confiesa que se mueven con un plan de vida espiritual, que las sostiene y las ayuda a no alejarse de Dios.

4.  Es importante tener un plan de vida que nos ayude a crecer en todas las áreas potenciales de nuestra vida, respondiendo a los dones recibidos y  atacando directamente lo que nos impide realizarnos a plenitud. Tenemos el deber de ir creciendo también espiritualmente para alcanzar la santidad.

Es evidente que los valores y estilos mundanos quieren asfixiar y opacar la vida limpia de los cristianos. Brenda nos confirma que en su ambiente de trabajo es difícil encontrar amigos que piensen como ella, pero ha escogido y prefiere mantenerse firme y manifestar su fe abiertamente.

Es necesario estar en medio del mundo sobre la necesidad de ir contracorriente, siempre batallando contra la cobardía, la ingenuidad y la pereza.

Meditar con la palabra

Meditar con la Sagrada Escritura

1.  Mateo 10, 24 – 33 “No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.”

Dios desea que no tengas miedo de tus debilidades ni de ofrecer tus dones a los demás.

2.  Mateo 11, 28 – 30 “… y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Por tanto, Jesús que es manso y humilde, aligera nuestra carga.

3.  Mateo 5, 48 «Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.»

¿Cómo se encuentra tu vida cristiana como para iniciar el camino a la perfección?

4.  Juan 2, 1-1-2 “Haced lo que Él os diga”.

Los discípulos creyeron en Él y el milagro se dio, contra todo pronóstico.

Meditar con el Papa

Meditar con el Papa Francisco

Exhortación  Apostólica post sinodal Christus Vivit – Misioneros valientes

177. «¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El Evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente.

El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor»[94]. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el deporte, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va acercando a todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para derramar luz y esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura y entusiasmo.

Homilía de S.S. Francisco, 23 de septiembre de 2015

El yugo de Jesús es yugo de amor y, por tanto, garantía de descanso. A veces nos pesa la soledad de nuestras fatigas, y estamos tan cargados del yugo que ya no nos acordamos de haberlo recibido del Señor. Nos parece solamente nuestro y, por tanto, nos arrastramos como bueyes cansados en el campo árido, abrumados por la sensación de haber trabajado en vano, olvidando la plenitud del descanso vinculado indisolublemente a Aquel que hizo la promesa.

Aprender de Jesús; mejor aún, aprender a ser como Jesús, manso y humilde; entrar en su mansedumbre y su humildad mediante la contemplación de su obrar. Poner nuestras iglesias y nuestros pueblos, a menudo aplastados por la dura pretensión del rendimiento bajo el suave yugo del Señor. Recordar que la identidad de la Iglesia de Jesús no está garantizada por el “fuego del cielo que consume”, sino por el secreto calor del Espíritu que “sana lo que sangra, dobla lo que es rígido, endereza lo que está torcido”.

Discurso de S.S. Francisco, 19 de abril del 2015

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En las lecturas bíblicas de la liturgia de hoy resuena dos veces la palabra “testigos”. La primera vez es en los labios de Pedro: él, después de la curación del paralítico en la puerta del templo de Jerusalén, exclama: “Mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos”. (Hechos 3,15).

La segunda vez es en los labios de Jesús resucitado: él, la noche de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte y resurrección y les dice: “Ustedes son testigos de todo esto.” (Lc 24,48). Los Apóstoles, que vieron con los propios ojos al Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria experiencia.

Él se había mostrado para que la verdad de su resurrección llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el tiempo esta misión; todo bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo.

Podemos preguntarnos: pero, ¿quién es el testigo? El testigo es uno que ha visto, que recuerda y que relata. Ver, recordar y relatar son los tres verbos que describen la identidad y la misión. El testigo es uno que ha visto, con ojo objetivo, ha visto una realidad, pero no con ojo indiferente; ha visto y se ha dejado involucrar por el evento. Por esto recuerda, no sólo porque sabe reconstruir en modo preciso los hechos sucedidos,  pero también porque aquellos hechos le han hablado y él ha captado el sentido profundo. Entonces el testigo relata, no a manera fría y distante sino como uno que se ha dejado poner en cuestión y desde aquel día ha cambiado de vida. El testigo es uno que ha cambiado su vida. (…….)

Discurso de S.S. Francisco, 5 de noviembre de 2016

«La misericordia no es fácil, no es fácil… requiere coraje. Por eso Jesús nos dice: «No tengan miedo», pues la misericordia es el mejor antídoto contra el miedo. Es mucho mejor que los antidepresivos y los ansiolíticos. Mucho más eficaz que los muros, las rejas, las alarmas y las armas. Y es gratis: es un don de Dios.
Queridos hermanos y hermanas: todos los muros caen. Todos. No nos dejemos engañar. Como han dicho ustedes: «Sigamos trabajando para construir puentes entre los pueblos, puentes que nos permitan derribar los muros de la exclusión y la explotación».

Don Álvaro y San Josemaría

Meditar con san Josemaría

CAMINO

471.  En las empresas de apostolado, está bien —es un deber— que consideres tus medios terrenos (2 + 2 = 4), pero no olvides ¡nunca! que has de contar, por fortuna, con otro sumando: Dios + 2 + 2…

472.  Sirve a tu Dios con rectitud, sé le fiel… y no te preocupes de nada: porque es una gran verdad que «si buscas el reino de Dios y su justicia, El te dará lo demás —lo material, los medios— por añadidura.»

473.  Echa lejos de ti esa desesperanza que te produce el conocimiento de tu miseria. —Es verdad: por tu prestigio económico, eres un cero…, por tu prestigio social, otro cero… y otro por tus virtudes, y otro por tu talento…

Pero, a la izquierda de esas negaciones, está Cristo… Y ¡qué cifra inconmensurable resulta!

FORJA

286.  Quiero prevenirte ante una dificultad que quizá puede presentarse: la tentación del cansancio, del desaliento.

—¿No está fresco aún el recuerdo de una vida —la tuya— sin rumbo, sin meta, sin salero, que la luz de Dios y tu entrega han encauzado y llenado de alegría?

— No cambies tontamente esto por aquello.

287.  Si notas que no puedes, por el motivo que sea, dile, abandonándote en El: ¡Señor, confío en Ti, me abandono en Ti, pero ayuda mi debilidad!

Y lleno de confianza, repítele: mírame, Jesús, soy un trapo sucio; la experiencia de mi vida es tan triste, no merezco ser hijo tuyo. Díselo… y díselo muchas veces.

— No tardarás en oír su voz: “ne timeas! —¡no temas!; o también: “surge et ambula! —¡levántate y anda!

293.  Busca la unión con Dios, y llénate de esperanza —¡virtud segura!—, porque Jesús, con las luces de su misericordia, te alumbrará, aun en la noche más oscura.

5.  La grandeza de la vida corriente – Amigos de Dios

Vida interior: es una exigencia de la llamada que el Maestro ha puesto en el alma de todos. Hemos de ser santos…
Si no queremos malgastar el tiempo inútilmente —tampoco con las falsas excusas de las dificultades exteriores del ambiente, que nunca han faltado desde los inicios del cristianismo—, hemos de tener muy presente que Jesucristo ha vinculado, de manera ordinaria, a la vida interior la eficacia de nuestra acción para arrastrar a los que nos rodean. Cristo ha puesto como condición, para el influjo de la actividad apostólica, la santidad; me corrijo, el esfuerzo de nuestra fidelidad, porque santos en la tierra no lo seremos nunca. Parece increíble, pero Dios y los hombres necesitan, de nuestra parte, una fidelidad sin paliativos, sin eufemismos, que llegue hasta sus últimas consecuencias, sin medianías ni componendas, en plenitud de vocación cristiana asumida y practicada con esmero.

75.  Lucha incesante – Es Cristo que pasa – La lucha interior cap.8

La guerra del cristiano es incesante, porque en la vida interior se da un perpetuo comenzar y recomenzar, que impide que, con soberbia, nos imaginemos ya perfectos. Es inevitable que haya muchas dificultades en nuestro camino; si no encontrásemos obstáculos, no seríamos criaturas de carne y hueso. Siempre tendremos pasiones que nos tiren para abajo, y siempre tendremos que defendernos contra esos delirios más o menos vehementes.

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Secretos de la Oración

 


Escrito por:

Pamela Avilés

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