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P. Juan Carlos

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CAMINOS DE DIOS

Los caminos de Dios son distintos a los propios. Puede que el camino no sea siempre recto: a veces tenemos que desandar nuestros propios pasos, otras veces nos toca regresar por una ruta diferente, pero estamos seguros de que Dios cuida de nuestros pasos para que no caigamos.

“Muchos han tratado de relatar, ordenadamente, los acontecimientos que se cumplieron entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido, desde el comienzo, testigos oculares y servidores de la palabra.

Por eso, después de informarme cuidadosamente de todo, desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti, excelentísimo Teófilo, un relato ordenado a fin de que conozcas bien las enseñanzas que has recibido”

(Lc 1, 1-4).

Comienza así el Evangelio de este domingo de la tercera semana de Tiempo Ordinario.

Y a mí me parece que es bien bonito como san Lucas nos cuenta su afán de traernos a nosotros la vida de Cristo, de ser un elemento más que nos ayuda a regresar a ver a nuestro Señor.

EL CAMINO PARA ACERCARNOS AL SEÑOR

De hecho, en este octavario por la unidad de los cristianos (que estamos rezando todos los días) y que estamos pidiéndole gracias al Señor para volver a esa unidad y que termina el día 25, en la fiesta de la conversión de san Pablo; todos los elementos que nos llevan a Dios son importantes.

El Evangelio de san Lucas es un camino concreto para acercarse al Señor, Él lo intentó de esta forma. Pero, me venía a la cabeza que los caminos del Señor son increíblemente diversos, ¿no? Cada uno tiene una forma de acercarse al Señor y también cada uno de nosotros ayuda a otros a acercarse al Señor, a descubrirle.

A veces, nos parecería que, con nuestra misma fuerza o nuestra misma dinámica, podríamos hacer mucho más… Pero el Señor, a veces, tiene como otros planes para nosotros.

LA ESTRELLA QUE GUÍA

CAMINOS DE DIOS

El tema del octavario de este año, del 2022, ha sido la estrella que les guía a los Magos desde Oriente; y es muy bonito, porque tiene como muchas aplicaciones…

“Y la estrella que habían visto en Oriente los guió…”

(Mt 2, 9),

dice el Evangelio de san Mateo; igual que les ha guiado a miles de personas -millones-, el Evangelio de san Lucas: ha sido una estrella.

Y de la misma forma que para mí, por ejemplo, la vida de san Josemaría también ha sido una estrella y sus escritos me han removido muchas veces. Para otros, en cambio, estas mismas meditaciones han sido una estrella que les han removido.

Son muchos los pasajes de las Escrituras en donde se ve este guiar de Dios por medio de distintas cosas.

Hemos hablado de la estrella que les guía a los Magos; o en el Éxodo se lee:

“…el Señor caminaba delante de ellos en una columna de nube…”

(Ex 13, 21);

en los Salmos, dice:

“Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi auxilio?

(Sal 121, 1).

Bueno, el mismo Apocalipsis:

“…porque el Señor Dios era la luz que alumbre a sus habitantes…”

(Ap 22, 5).

EL SEÑOR QUIERE GUIARNOS

Es, en definitiva, el Señor que se presenta de distintas formas: de luz, de estrella, de una columna de humo…

El Señor quiere guiarnos y, a veces, esa forma de guiarnos es un poco más fuerte, porque nos parece un poco más dura, por una enfermedad, por este mismo covid, que ahora nos tiene -el ómicron- con más miedos y más recluidos…

O con gente que la ha pasado mal, porque no puede seguir vendiendo y el giro de negocio que tenía -y que se veía prometedor-, se ha visto realmente comprometido; y ahora con este nuevo rebrote, tal vez, ha complicado más.

Pero tenemos que estar seguros de que: Una y otra vez, las Escrituras nos dicen cómo el Señor camina con su pueblo, como lo protege, como lo cuida día y noche.

Y puede que el camino no sea siempre recto: a veces, tenemos que desandar nuestros propios pasos, otras veces nos toca regresar por una ruta diferente.

Pero en toda nuestra peregrinación por esta vida, podemos estar seguros de que Dios -que ni duerme, ni descansa- cuida de nuestros pasos para que nuestros pies no tropiecen y caigamos.

Incluso en la más absoluta obscuridad, la luz de Dios está con nosotros… Dice: Su luz brilló por medio de los profetas enviados a guiar a su pueblo por el camino que Dios había establecido y para recordarle la alianza que habían hecho con él.

DIOS NOS DA FUERZAS

CAMMINOS DE DIOS

Las Escrituras nos dan esa fuerza. San Lucas, en su Evangelio, nos da esa fuerza. Pero de lo que tenemos que darnos cuenta es que, en nuestras vidas, cada una, cada uno, se encontrará con cosas que, a veces, no estaban programadas, no estaban esperadas.

Y, sin embargo, es la fuerza que Dios nos da a través de su palabra, a través del ejemplo de otras personas, a través de ese medio que ha escogido para movernos, que nos ayuda a seguir dando pasos.

El camino por el que hemos de seguir avanzando para alcanzar la unión entre nosotros y una unión más estrecha con Cristo, no siempre está claro.

En nuestros intentos honestos de construir la unidad, por ejemplo, la unidad de los cristianos, a veces, también no es fácil. A veces, es complicado conseguir la unión y la unidad dentro de un mismo hogar y cada uno tiene formas distintas de ver o de analizar… y tal.

Pero no nos tiene que preocupar; no queremos tener todos la misma estructura mental y pensar exactamente lo mismo, lo que está bien o lo que está mal o, lo que a todos nos debería gustar y no les gusta…cada uno somos distintos.

SEGUIR LOS CAMINOS DE DIOS

Lo importante es que sigamos caminando y sigamos los caminos que Dios nos da. Porque si te das cuenta, la luz, la estrella, la columna… van marcando un camino, pero la forma de caminar es la de cada uno.

Y uno puede ponerse a correr o puede empezar a caminar en zigzag, también puede detenerse un rato a descansar… Hay varias formas de caminar detrás de esa luz que Dios nos da. La más lógica sería hacerlo con prontitud, pero Dios sabe nuestras limitaciones también.

ESCOGER CON LIBERTAD

Y es importante saber que lo más fuerte es hacer todo esto con la propia voluntad; no porque me toca, sino escoger libremente esto.

Igual que los Magos escogieron libremente seguir esa estrella; igual que el pueblo se daba cuenta que tenía que seguir esa columna de humo; también tú y yo sabemos que tenemos que seguir al Señor, a través de estas enseñanzas Suyas de:

“El que me ama, guardará mi palabra…”

(Jn 14, 23),

lo dice con claridad el Señor.

Y eso es lo que tenemos que atender: a guardar los mandamientos y hacer frente a las cosas que nos vayan sucediendo, sabiendo que es la forma en la que Dios nos va llevando hacia Él.

Hay historias durísimas… Ayer estaba conversando con un amigo que me contaba que, lo está pasando muy mal, porque tuvo un breakdown de cabeza y entonces, ahora no puede estudiar y no puede hacer cosas. Y él es un tipo prometedor, con don de gentes increíble y ahora tiene que descansar, porque no puede exigirse más.

Otra señora que me contaba, hace pocos días, que su marido (con el que ya tiene dos hijos), definitivamente no quiere seguir con ella; ya ha hecho todo lo posible y simplemente él no quiere y, tampoco le puede obligar, no puede ponerle una pistola para que quiera.

DIOS SIEMPRE ESTA CON NOSOTROS

Son cosas que, de repente, se presentan en las vidas de cada uno y uno tiene que darse cuenta que también Dios está detrás. Que Dios, a través de ese sufrimiento, de ese dolor… se hace el encontradizo con nosotros y nos da la fuerza necesaria para seguir caminando.

Las estrellas, las columnas, la luz de Dios está justamente en seguir sus enseñanzas, sus mandamientos.

Por eso el texto que leemos hoy en san Lucas nos da esa confianza, porque nos dice, nos da escrito, cuidadosamente, de todo: desde los orígenes, para que nosotros comprendamos las enseñanzas que Jesús nos ha transmitido:

“Excelentísimo Teófilo…”

(Lc 1, 3).

Teófilo, el que ama Dios. San Lucas nos describe a ti y a mí -los Teófilos-, los que amamos a Dios. Ojalá seamos de esas personas que están dispuestas a pasar por alto las cosas duras y a tener esa confianza en que Dios está detrás, en que Dios nos va guiando.

No podemos dejar de lado, nunca, a nuestra madre, la Virgen. Ella que tantas veces tuvo que hacer lo mismo. Y seguir a Jesús, a su hijo, por todos los sitios hasta los más peligrosos, cuando tenía que ir a hablar al Sanedrín, cuando se movía a Jerusalén, cuando le estaban persiguiendo…

La Virgen, siempre estaba cerca, siempre estaba detrás y no le decía: – ¡no mijito, no vayas! ¡No vayas, porque… No. Seguía, pero tenía esa confianza completa en Él.

Ojalá, tú y yo tengamos esa misma confianza. Se lo pedimos a nuestra Madre para que nos ayude a ser mejores hijos de Dios, que sepamos siempre seguir la estrella, los designios de Dios en nuestra vida


Citas Utilizadas

Ne 8, 2-4.5-6.8-10

Sal 18

1 Co 12, 12-30

Lc 1, 1-4; 4,14-21

Mt 2, 9

Ex 13, 21

Sal 121,1

Ap 22, 5

Octavario Unidad de los Cristianos

Reflexiones

¡Gracias Señor por mostrarnos el camino y por cuidar de nuestros pasos para que no caigamos!

 

Predicado por:

P. Juan Carlos

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