Pamela Áviles

Madre de 7 hijos, Trabaja actualmente en venta de marisco con atención exclusiva a familias e Instituciones. Orientadora Familiar.

13 min

Mauricio y Silvia “La oración. Diálogo de pareja es diálogo con Dios”

Cuando Mauricio y Silvia conversan de todos su anhelos, preocupaciones y proyectos, siempre entra Dios, sus intereses son haciéndolo presente, saben que Él está con ellos escuchándolos e intercediendo en ese diálogo de esposos.

Mauricio y Silvia son esposos desde hace 1 año y medio, Mauricio es peruano y Silvia ecuatoriana, ambos se conocieron trabajando para el portal “Catholic Link”, que fundó Mauricio hace 10 años.

Catholic Link es una plataforma de recursos para el apostolado en la que trabajan alrededor de 40 jóvenes profesionales al servicio de la Iglesia.

Mauricio vivió en Roma diez años, proponiéndose vivir más cerca de Cristo por medio de una vida consagrada.

Pero al cabo de unos años, Mauricio fue comprendiendo que debía dejar su vocación y entrar nuevamente a la vida laical ordinaria, así que regresó a Perú y empezó a trabajar en una agencia de comunicación digital.

Mauricio y Silvia son comunicadores. Actualmente, Mauricio es el Director de Catholic Link y tiene un emprendimiento de Marketing Digital a través del que guía a emprendedores digitales católicos a hacer sus proyectos sostenibles.

Y Silvia es la jefa de estrategia y proyectos en Catholic Link y tiene un proyecto de desarrollo y planificación personal.

El matrimonio

Finalmente se casan y la oración los sigue sosteniendo, adaptando nuevas bases en su vida espiritual, respetando personalidades y espacios.

Silvia hace su oración de manera individual apenas se levanta, iniciando con “10min con Jesús” y ya como esposa ha aprendido a ser más flexible en muchos aspectos sobre todo porque se cambia a vivir de Ecuador a Perú, lo que la mueve a que su oración sea más de confianza y abandono en Dios.

Mauricio destaca que una vez casados aprende de Silvia a aflojar los esquemas y la rigidez, admira de ella su fluidez para conectarse con Dios en lo ordinario, lo que lo mueve a él también a “enchufarse” con naturalidad.

Manifiestan que el único espacio que tienen de rezar juntos es antes de acostarse. Sin embargo como la relación de ellos es de mucha comunicación y diálogo (Desde su noviazgo a distancia).

Cuando conversan de todos su anhelos, preocupaciones y proyectos, siempre entra Dios, sus intereses son haciéndolo presente, saben que Él está con ellos escuchándolos e intercediendo en ese diálogo de esposos.

Oración y dialogo

Oración Escrita por Mauricio

Jesús, tu amor ha estado siempre en mi vida, lo creo sinceramente, y quiero decírtelo, porque no siempre he sido lo suficientemente agradecido contigo.

A veces los obstáculos, mis errores o las tristezas de la vida, me han hecho perder de vista que tú querías prepararme o ayudarme para ser más capaz de amar o de recibir amor.

Sin embargo, en este tiempo, Señor, percibo tu amor incondicional con una intensidad muy hermosa. Quiero agradecerte de corazón por haber puesto a (nombre de la persona) en mi vida.

Solo tú sabes cuánto me has hecho feliz y cuánto significa para mí que apareciera en mi vida una persona tan especial, después de todo este tiempo en el que me he sentido muy probado.

No sé cuál sea tu plan para nosotros, pero sin duda has sembrado una semilla en nuestros corazones que no puedo negarte que está floreciendo en un dulce y amoroso ruego porque cuides nuestra relación, la fortalezcas a la distancia, y le permitas crecer cada día en generosidad y cariño hasta convertirse, por tu gracia, en un matrimonio santo, a través del cual tú puedas mostrarle tu amor a muchas personas.

Este es mi ruego, Señor, y aunque sabes que lo quiero con todo el corazón, no es una exigencia, confío en que si este anhelo no se realiza en mi vida tu amor no me abandonará jamás.

Te amo, Jesús, gracias por permitirme vivir este tiempo maravilloso. Y si no es mucho pedir, susúrrale esta intención a la Virgen y a San José.

Preguntas para el diálogo

Vivimos en un mundo donde se ha perdido el sentido del diálogo porque giramos en torno a una sociedad de consumo.

Sin embargo, el ser humano tiene necesidad  de ese intercambio interior con Dios y con la persona de su confianza. Una alianza de amor como es el matrimonio no puede crecer sin diálogo.

1. ¿Le platicas a  Dios sobre tu esposo-a y revisas con frecuencia cómo está tu diálogo conyugal?

Dentro de la vida matrimonial siempre habrán muchos problemas que sortear: salud, vivienda, trabajo, educación; etc. Pero el problema que realmente amenaza el amor es la falta de tiempo para regalarse el uno al otro, ese espacio íntimo que ambos tienen para esa donación que se prometieron como esposos cristianos ante el altar, donación no solo física.

2. ¿Procuras buscar esos espacios de diálogo donde intervienen la comprensión, la delicadeza, el respeto, paciencia y la ternura para escuchar y estar con tu cónyuge?

Silvia nos manifiesta que es  fundamental el respeto a Mauri en su forma de expresar su amor a Dios, no conviene ser invasivo y pretender que la vida de piedad sea al unísono.

3. ¿Tienes presente de modo especial que hay tantas maneras de rezar como personas existen, de manera que no impongas tu estilo en la vida de piedad de tu cónyuge?

Mauricio reconoce que sus momentos de encuentros personales con Dios están trazados de muchas etapas y que todo ha sido para bien, por lo que en ocasiones lucha para encontrar el balance entre la rigidez y la flexibilidad; y en eso Silvia le aporta mucho.

4. ¿Eres consciente de que tu esposo-a, podría sumarte en tu vida espiritual y al revés, si no acierta, no disminuye el amor entre ambos?

Hay momentos…. y más momentos donde Dios se hace presente y hasta hace milagros; realmente como buen Padre ante sus hijos que están en Gracia, los inspira y genera espacios diversos para que se ilusionen más y no se acostumbren.

 Propuestas de acción

1. El matrimonio cristiano, como todos los sacramentos, está ordenado a la santidad, transformando sus realidades temporales en vida de oración, en diálogo suplicante al Padre misericordioso entregándole las alegrías, dolores, esperanzas y tristezas.

No dudes en involucrarlo  en todos los acontecimientos: cumpleaños, aniversarios, partidas, alejamientos, regresos, elecciones o decisiones, muerte de personas queridas, etc. Ya que esto indica la importancia que le das a Dios en la historia de tu familia.

2. Amar es un acto de la voluntad, es buscar el bien de la persona amada. Y el acto más sublime de un cristiano es actuar como Dios actúa, amar sin límites.

El amor espiritual de los esposos implica esforzarse por ayudarse mutuamente a alcanzar  su mejor bien, que es su salvación.

Preocúpate por defender esos espacios con tu cónyuge donde puedan entrelazar esas dimensiones afectivas, espirituales y físicas, abiertas a la vida.

3. Recordemos parte del Rito para el Sacramento del Matrimonio: “Yo……, te acepto a ti……, como mi esposo (a). Y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y a amarte y respetarte todos los días de mi vida”. Respetarte es……aceptarlo-a, con su peculiar forma de ser, de orar, de entregar….

4. De la misma manera que Cristo se donó a la Iglesia: hasta el extremo, así debe configurarse la expresión del amor conyugal, como un don, una participación del amor creador y redentor de Dios, esa es la razón por la cual los esposos son capaces de superar las dificultades, incluso hasta llegar al heroísmo.

Motivo por el cuál debes crecer en el amor a tu cónyuge, porque avanzas en identificación con el mismo Cristo. Amarlo como Cristo amó a su Iglesia.

Pídele a Dios en tu oración saber acercar a tu cónyuge a Él y facilitarle el camino a la eternidad.

Oración y dialogo
Meditar con la Sagrada Escritura

1. Del santo Evangelio según san Mateo 19, 3-12 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? Él les respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y mujer, y dijo:

«Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne»? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. 

El Matrimonio cristiano no es solo la convivencia de un hombre y una mujer que se quieren, es mucho más; es un sacramento donde interviene el mismo Dios, por eso a Él hay que acudir para que nos cambie el corazón de piedra por un corazón de carne.

 2. Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.

Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó.

Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido…….

¡Cristo vino con toda su vida a predicarnos que el amor es donación, es servicio! 

3. Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga:  «Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?» Y entonces les declararé: «¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!»

Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca……

Acercarnos a Dios continuamente en  oración íntima es construir nuestro matrimonio sobre roca firme.

4. Y serán una sola carne Génesis 2, 18-24  Entonces dijo el Señor Dios: No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada para él.

El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, de modo que cada ser vivo tuviera el nombre que él le hubiera impuesto. Y el hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todas las fieras del campo; pero para él no encontró una ayuda adecuada.

Entonces el Señor Dios infundió un profundo sueño al hombre y éste se durmió; tomó luego una de sus costillas y cerró el hueco con carne.  Y el Señor Dios, de la costilla que había tomado del hombre, formó una mujer y la presentó al hombre.

 Entonces dijo el hombre: Ésta sí es hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Se la llamará mujer, porque del varón fue hecha.

Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne.

Dios sigue buscando el bien del hombre que ha creado, el hombre toma una forma de vida que le viene directamente de Dios, el alma  y a su vez el hombre se da cuenta de que tiene una interioridad, y  luego  de saber lo que es la soledad ve  la necesidad del otro en unidad.

Oración y dialogo

Meditar con el Papa Francisco

1.“Nosotros debemos caminar con estas dos cosas que Jesús nos enseña: la verdad y la comprensión. Y esto no se resuelve como una ecuación matemática, sino con la propia carne: es decir, yo cristiano ayudo a esa persona, a aquellos matrimonios que atraviesan una dificultad, que están heridos, en el camino de acercamiento a Dios. Permanece el hecho que la verdad es aquella, pero esta es otra verdad: todos somos pecadores, en camino. Y siempre está este trabajo por hacer: cómo ayudar, cómo acompañar, pero también cómo enseñar a aquellos que se quieren casar, cuál es la verdad sobre el matrimonio.”

(Homilía de S.S. Francisco, 20 de mayo de 2016, en santa Marta)

Capítulo cuarto AMORIS LAETITIA
EL AMOR EN EL MATRIMONIO

2. “Todo lo dicho no basta para manifestar el evangelio del matrimonio y de la familia si no nos detenemos especialmente a hablar de amor.

Porque no podremos alentar un camino de fidelidad y de entrega recíproca si no estimulamos el crecimiento, la consolidación y la profundización del amor conyugal y familiar. En efecto, la gracia del sacramento del matrimonio está destinada ante todo «a perfeccionar el amor de los cónyuges».

También aquí se aplica que, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve (1 Co 13,2-3). Pero la palabra AMOR una de las más utilizadas, aparece muchas veces desfigurada”.

3. “En todo el texto se ve que Pablo quiere insistir en que el amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo AMAR en hebreo: es “hacer el bien”. Como decía san Ignacio de Loyola, “el amor se debe poner más en las obras que en las palabras”.

Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir.

4. Es importante que los cristianos vivan esto en su modo de tratar a los familiares poco formados en la fe, frágiles o menos firmes en sus convicciones.

A veces ocurre lo contrario: los supuestamente más adelantados dentro de su familia, se vuelven arrogantes e insoportables.

La actitud de humildad aparece aquí como algo que es parte del amor, porque para poder comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo y cultivar la humildad.

Jesús recordaba a sus discípulos que en el mundo del poder cada uno trata de dominar a otro, y por eso les dice: “No ha de ser así entre vosotros” (Mt 20,26).

La lógica del amor cristiano no es la de quien se siente más que otros y necesita hacerles sentir su poder, sino que “el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro servidor” (Mt 20,27).

En la vida familiar no puede reinar la lógica del dominio de unos sobre otros, o la competición para ver quién es más inteligente o poderoso, porque esa lógica acaba con el amor. También para la familia es este consejo: «Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes» (1 P 5,5).

Meditar con San Josemaría

1. El matrimonio no es, para un cristiano, una simple institución social, ni mucho menos un remedio para las debilidades humanas: es una auténtica vocación sobrenatural.

Sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, dice San Pablo, y, a la vez e inseparablemente, contrato que un hombre y una mujer hacen para siempre, porque —queramos o no— el matrimonio instituido por Jesucristo es indisoluble: signo sagrado que santifica, acción de Jesús, que invade el alma de los que se casan y les invita a seguirle, transformando toda la vida matrimonial en un andar divino en la tierra. (Es Cristo que pasa Nº 23)

2. Esa autenticidad del amor requiere fidelidad y rectitud en todas las relaciones matrimoniales. Dios, comenta Santo Tomás de Aquino, ha unido a las diversas funciones de la vida humana un placer, una satisfacción; ese placer y esa satisfacción son por tanto buenos.

Pero si el hombre, invirtiendo el orden de las cosas, busca esa emoción como valor último, despreciando el bien y el fin al que debe estar ligada y ordenada, la pervierte y desnaturaliza, convirtiéndola en pecado, o en ocasión de pecado. (Es Cristo que pasa Nº 25)

3.¿Cómo describiré —se pregunta un escritor de los primeros siglos— la felicidad de ese matrimonio que la Iglesia une, que la entrega confirma, que la bendición sella, que los ángeles proclaman, y al que Dios Padre tiene por celebrado?…

Ambos esposos son como hermanos, siervos el uno del otro, sin que se dé entre ellos separación alguna, ni en la carne ni en el espíritu. Porque verdaderamente son dos en una sola carne, y donde hay una sola carne debe haber un solo espíritu… Al contemplar esos hogares, Cristo se alegra, y les envía su paz; donde están dos, allí está también Él, y donde Él está no puede haber nada malo. (Es Cristo que pasa Nº 29)

4. VIDEO SJM: Afianzar el Amor

 


Escrito por:

Pamela Áviles

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