No hay nadie que conozca mejor nuestro corazón que el Señor. El es el amigo entrañable que sabe todo de nosotros y, por eso, es el más calificado para ayudarnos con lo bueno y con lo malo
No hay nadie que conozca mejor nuestro corazón que el Señor. El es el amigo entrañable que sabe todo de nosotros y, por eso, es el más calificado para ayudarnos con lo bueno y con lo malo