La derrota, los desanimos siempre estarán presentes. Lo realmente valioso es aprovechar esas falencias (propias y de los demás) para crecer en caridad y amor de Dios.
La derrota, los desanimos siempre estarán presentes. Lo realmente valioso es aprovechar esas falencias (propias y de los demás) para crecer en caridad y amor de Dios.