Icono del sitio Hablar con Jesús

ALUMBRAR ALREDEDOR

ALUMBRAR ALREDEDOR

Hoy escuchamos en la Santa Misa este pasaje del Evangelio de san Lucas:

“En aquel tiempo Jesús dijo a la gente: nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero para que los que entren vean la luz”

(Lc 8, 16-17).

HABLAS EN MI TIEMPO

Siempre me gusta fijarme Jesús, en esas primeras palabras de casi todos los pasajes del Evangelio como este, donde dice:

“En aquel tiempo Jesús dijo a la gente…”.

Me gusta caer en la cuenta de que para Ti no hay tiempo, y que por lo tanto, eso que dijiste en aquel tiempo, lo sigues diciendo ahora en mi tiempo, en este lunes 25 de septiembre; y me lo dices a mí … Y Te refieres a toda la gente que estamos ahora en el mundo, vivos.

Nos hablas, me hablas y me dices esto:

“nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija o la pone debajo de una cama”.

Claro en este tiempo, la verdad es que pocas lámparas se encienden con fuego. En mi casa sí, porque tenemos este oratorio (donde ahora estoy hablando contigo Jesús) y prendemos las velas con cierta frecuencia para darte culto.

Pero si entendemos la imagen, o sea, captamos perfectamente que, si una vela encendida es cubierta por una vasija, el aire deja de entrar, y por falta de oxígeno se apaga. Bueno, si vas a poner la vela encendida debajo de la cama, salvo que la cama sea de piedra, pues se va a incendiar y entonces, no tiene sentido tampoco causar ese destrozo.

UNA LUZ QUE BRILLE

Por eso, Tú lo que nos estás queriendo decir Señor, es que hay cosas que necesitan estar sin esa aparente protección que las asfixia, o incluso, sin esa aparente humildad que las hace pasar desapercibidas.

Nos acordamos todos que, en la ceremonia del bautismo, el sacerdote hay un momento en que enciende una o varias velas del Cirio Pascual, que Te representa a Ti Jesús, y se entrega a los papás y a los padrinos de la criatura bautizada; diciéndoles: que esa llama encendida del cirio representa la fe que esa criaturita ahora ha recibido con el bautismo. Y que se trata de que no sólo no se apague, sino que vaya brillando, como brilla la luz de Cirio Pascual en el Sábado Santo en la vigilia, antes de el domingo de Resurrección.

EL TESORO DE LA FE

Entonces, el tema es que nosotros caigamos en la cuenta del tesoro que nos das Señor, con la fe, y que lo usemos con una responsabilidad muy grande, porque así te podemos conocer. También así podemos tener un sentido para nuestra vida, y podemos encontrarle una explicación a nuestra muerte… Porque Tú tienes todas las respuestas que dan realmente paz.

Cayendo en la cuenta de esto, la idea de fondo de este Evangelio me parece que es, que no ocultemos aquello que nos has dado para hacer mucho bien a nuestro alrededor.

Me acordaba de un comentario que hizo san Josemaría, precisamente de este Evangelio. Decía:

“Hay que saber entregarse, arder delante de Dios como esa luz que se pone sobre el candelero, para iluminar a los hombres que andan en tinieblas como esas lamparillas que se queman junto al altar y se consumen alumbrando hasta gastarse”.

ALUMBRAR ALREDEDOR

Vemos como san Josemaría le da este sentido, ser alguien que alumbra a su alrededor, que por lo tanto, trae claridad. ¡Esto es lo que hace la luz cuando se prende en la oscuridad!, trae también calidez, y si es una llama de fuego, pues trae calor.

Bueno esto lo resume y se gráfica en esta expresión: «hay que saber entregarse».

Esto es servir a los demás, atenderlos, escucharlos, estar con los demás y con una actitud acogedora. Todo esto es súper bonito, pero no es tan fácil. A veces tenemos ganas, a veces no. Quizás tenemos un temperamento más sociable, y otras veces no lo tenemos.

Y entonces, uno podría pensar: Qué bueno, así es uno y entonces, ¿qué le vamos a hacer? Y no,  la idea es que nos sintamos responsables…

Soy una luz encendida por Dios en el mundo y no me puedo esconder.

Quizás nos suene C S Lewis, que escribió:

“Ningún hombre conoce lo malo que es, hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno”.

Efectivamente, cuando superando nuestra bondad natural, vamos a crecer un poquito, a esforzarnos por dar un poco más de lo que naturalmente nos nace, si nos vamos a dar cuenta que no es tan fácil. Entonces, en ese momento empezamos a dimensionar lo que supone el sacar lo mejor de uno mismo.

Por eso, esta cita termina:

“Solo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar” .

QUIERO AYUDARTE SEÑOR A MEJORAR EL MUNDO

Nosotros queremos, Señor, ayudarte a cambiar el mundo, a mejorarlo, a que sea más humano, más bonito en el fondo, que responda más a tu plan creador.

Pues a este mundo lo afea un viento, que tiene mucho que ver con nuestra flojera, con nuestra falsa timidez y con una humildad mal entendida, que nos lleva a estar muy cómodos con nuestras creencias, en nuestro corazón, con estas oraciones personales.

Pero en ese sentirnos bien, me siento en paz cuando rezo, me siento tranquilo…y no es el único objetivo por el que Tú has venido Señor.

Tú has venido para que nosotros te ayudemos a que esa paz trascienda a nosotros y llegue a los demás…

Pues que no me contente, Señor, con hacer algunas cosas bien y no hacer el mal…

Tú me necesitas, ayudándote a construir un mundo mejor . Y eso supone, más que evitar el mal, hacer mucho bien. Y esto requiere nuestra decisión y Tu gracia.

Vamos a pedirle a Nuestra Madre, la Virgen Santísima, que nos ayude a ser constructores de esa nueva civilización de la que nos hablaba ya san Juan Pablo II.

Salir de la versión móvil