Secretos de la Oración de Estéfani Espín, Periodista de Televisión y Radio

Estéfani es esposa, madre y esperando su cuarto hijo. Periodista de televisión y radio desde hace 15 años. Vocera del Pacto Global de Naciones Unidas para trabajar con un objetivo hacia la Educación. Fundadora del Programa Busca Sentido por la Educación y Crecimiento Espiritual, comenzando por educar el corazón.

Oración de Estefaní

La oración de Estefaní da un vuelco cuando recibe la noticia de que su primogénito, del que estaba embarazada, no era compatible con la vida, por una Trisomía.  Después de tomar la decisión de seguir con el embarazo, pese a otras recomendaciones médicas por el riesgo de la salud de ambos, va necesitando una fuerza especial para aceptar la Voluntad de Dios, y es en esos instantes donde  la oración comienza a ser fundamental. Empezó yendo ante el Sagrario, 10 minutos, 15 minutos, hasta llegar a pasar 4 horas seguidas sin apenas darse cuenta.

Cuando nació su hijo Tomás, pudo disfrutar poquísimo con él, pero su preparación en la oración, hizo que pueda afirmar que los días que le tuvo en su vientre fueron los días más felices de su vida, aceptando la voluntad de Dios. Actualmente sus otros hijos están acostumbrados a tratar a su hermanito que está en el cielo.

Preguntas para el diálogo

Estéfani, nos cuenta que en sus encuentros con el Señor, lo que más le costó ante este embarazo donde no había posibilidad de que continúe la vida, fue decirle a Dios “Hágase tu voluntad”. 

¿Cómo  te conduces ante los acontecimientos sobre los que no puedes intervenir, porque no los elegiste tú?; ¿Acaso caes en la tentación de dejarte  llevar por la rebeldía que termina en amargura? ¿Eres capaz de aceptar esta nueva realidad transformándola en una oportunidad para confiar y aceptar la voluntad de Dios?

Luego de haber superado esa etapa difícil de su vida, pero que la hizo madurar en el trato con el Señor, Estéfani confirma que hoy lo cotidiano tiene sentido, en sus agitados días de trabajo puede distinguir lo urgente de lo importante y la oración se vuelve un reto. ¿Es para ti prioritario hacer el esfuerzo para lograr ese tiempo de recogimiento con tu Padre Dios para pedir, agradecer o aprender, aunque sea de cosas pequeñas?

¿De dónde sale el contenido para hacer tu oración, te conoces lo suficiente o tienes a tu alcance material para conectar con Él en ese espacio privilegiado?

A veces creemos que con la oración que pedimos, vamos a cambiar la voluntad de Dios

¿Qué es lo que debe cambiar en la oración de petición para que no produzca frustración o hastío con la posibilidad de abandonarla?

Para Estéfani la fe y la gratitud van cogida de la mano. Es un acto de justica dar gracias a quienes nos hacen el bien y cómo no, mucho más a Dios que sabe darnos lo que nos viene mejor, todos los bienes a final de cuentas vienen de Dios ¿Es tu primer pensamiento de gratitud a Dios, al levantarte y al acostarte?

¿Cómo es la lucha por tu santidad cuando viene el cansancio físico o moral, cuando arrecian los embates y dificultades, cuando te cuesta decir “Hágase tu voluntad y no la mía”? 

Propuestas de acción

1.Estéfani nos invita a que nunca reneguemos de lo que nos viene sin entender, que descubras que tu historia está impregnada de una filiación divina que es tu fortaleza, todo lo puedes en aquel que te ama y te conforta.

2.La práctica de ese auténtico diálogo de amor, no es cosa que pueda considerarse una pequeñez, tú como buen cristiano debes sentir la necesidad tan natural como el latir de tu corazón. Por eso debes formarte, pedir a tu director espiritual que te recomiende lecturas, biografías de santos, etc.

3.Procura no perder jamás el punto de mira sobrenatural para aceptar la voluntad de Dios, viéndolo a Él en cada acontecimiento, ante lo agradable y lo desagradable, ante el consuelo y ante el desconsuelo más aún si se trata de un ser querido que se nos fué. Busca a tu Padre Dios en el centro de tu alma.

4.En la oración de petición abrimos el corazón a Dios con humildad a lo que Él nos quiere dar. Por eso tú con sencillez y seguridad sabes que nada cae en saco roto y que Él siempre responde aunque no sea en tu tiempo y a tu manera. Cambiamos nosotros, no su voluntad.

5.A Dios le gusta que le demos gracias y la mejor forma de agradecerle es diciéndoselo en la oración y mucho más en la Eucaristía “Acción de Gracias”.

6.Haz como los primeros cristianos, que encontraron a Jesucristo, abrazaron con todas sus fuerzas la misión que se les presentaba, con cruces,  pero convencidos  vieron como su vida se iba transformando en  alegría del que se sabe hijo de Dios.

Meditar con la Sagrada Escritura

1. Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina. (Carta a los Romanos 8, 26)
2. Por tanto, ahora ustedes tienen también aflicción; pero Yo los veré otra vez, y su corazón se alegrará, y nadie les quitará su gozo.  En aquel día no me preguntarán nada. En verdad les digo, que si piden algo al Padre en Mi nombre, Él se lo dará.  Hasta ahora nada han pedido en Mi nombre; pidan y recibirán, para que su gozo sea completo. (Evangelio según San Juan 16. 22-24)
3. Al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.  No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis. (Evangelio según San Mateo 6, 7-15)
4. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4: 6-7)

Meditar con el Papa Francisco

La fiel y paciente voluntad divina

En este sentido, el Papa Francisco señala que, Dios no es ambiguo, no se esconde tras los enigmas, no ha planificado el futuro del mundo de manera indescifrable. “Si no entendemos esto – precisa el Pontífice – corremos el riesgo de no entender el significado de la tercera expresión del Padre Nuestro.  (Audiencia General Marzo 20, 2019)

No hay amor verdadero sin una cruz. 

En segundo lugar, Francisco, citando el versículo 38, «El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí» afirma: “Se trata de seguirlo por el camino que Él mismo ha recorrido, sin buscar atajos. No hay amor verdadero sin una cruz, es decir, sin un precio a pagar en persona. Llevada con Jesús, la cruz no da miedo, porque Él siempre está a nuestro lado para apoyarnos en la hora de la prueba más dura”. (Angelus Plaza de San Pedro, 28 de juno, 2020)

La generosidad y gratitud de Dios. La Gratitud es una insignia del Cristiano.

En este momento, el Papa cita los versículos 40 y 42: «Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, […]. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños […] no perderá su recompensa». Dios es generoso: La generosa gratitud de Dios Padre tiene en cuenta hasta el más pequeño gesto de amor y servicio a nuestros hermanos y hermanas. Es una gratitud contagiosa que nos ayuda a cada uno de nosotros a mostrar gratitud hacia aquellos que se preocupan por nuestras necesidades”. (Angelus Plaza de San Pedro, 28 de junio, 2020)

La gratitud, además, para un creyente, está en el corazón mismo de la fe: un cristiano que no sabe dar gracias es alguien que ha olvidado el lenguaje de Dios. Escuchad bien: un cristiano que no sabe dar gracias es alguien que ha olvidado el lenguaje de Dios. Recordemos la pregunta de Jesús, cuando curó a diez leprosos y sólo uno de ellos volvió a dar las gracias (cf. Lc 17, 18). Una vez escuché decir a una persona anciana, muy sabia, muy buena, sencilla, pero con la sabiduría de la piedad, de la vida:

«La gratitud es una planta que crece sólo en la tierra de almas nobles». Esa nobleza del alma, esa gracia de Dios en el alma nos impulsa a decir gracias a la gratitud. Es la flor de un alma noble. Esto es algo hermoso. (Audiencia general, miércoles 13 de mayo, 2015)

Meditar con San Josemaría

1.Llegarás a ser santo si tienes caridad, si sabes hacer las cosas que agraden a los demás y que no sean ofensa a Dios, aunque a ti te cuesten. (Forja, 556)

2.Esta elección gratuita, que hemos recibido del Señor, nos marca un fin bien determinado: la santidad personal, como nos lo repite insistentemente San Pablo: haec est voluntas Dei: sanctificatio vestra (1 Thes IV, 3), ésta es la Voluntad de Dios: vuestra santificación. No lo olvidemos, por tanto: estamos en el redil del Maestro, para conquistar esa cima (…). (Amigos de Dios 2,4)

3.La meta que os propongo –mejor, la que nos señala Dios a todos– no es un espejismo o un ideal inalcanzable: podría relataros tantos ejemplos concretos de mujeres y hombres de la calle, como vosotros y como yo, que han encontrado a Jesús que pasa quasi in occulto (Ioh VII, 10) por las encrucijadas aparentemente más vulgares, y se han decidido a seguirle, abrazados con amor a la cruz de cada día (Cfr. Mt XVI, 24). En esta época de desmoronamiento general, de cesiones y desánimos, o de libertinaje y anarquía, me parece todavía más actual aquella sencilla y profunda convicción que, en los comienzos de mi labor sacerdotal, y siempre, me ha consumido en deseos de comunicar a la humanidad entera: estas crisis mundiales son crisis de santos. (Amigos de Dios, 2-4)

San Josemaría

“…el sentido vocacional de la existencia cristiana, vivida -más que concebida- como un diálogo permanente de la criatura con su Padre Dios. Lo expresaba en Forja, 422, a propósito de Juan, el Apóstol adolescente: -¿No te gustaría merecer que te llamaran «el que ama la Voluntad de Dios»?”

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